Alemania emprende un ajuste que amenaza el crecimiento europeo
El grueso del recorte de 80.000 millones afectará a las prestaciones sociales - Habrá impuestos a la banca, el transporte aéreo y las centrales nucleares
Angela Merkel mantuvo la voz firme al pronunciar la cifra del día: quiere que Alemania ahorre cerca de 80.000 millones entre 2011 y 2014. Acordar semejante recorte, el mayor de la historia de la República Federal y mucho mayor de lo esperado, supone según la canciller un "esfuerzo excepcional" para la coalición democristiano-liberal que preside. La parte del león (unos 30.000 millones en cuatro años) afectará a la política social del Gobierno de centro-derecha, mediante el recorte de ayudas a las familias y la eliminación de diversas subvenciones para los parados crónicos. La democristiana Merkel anunció además a una "profunda reforma" de las Fuerzas Armadas, que perderán hasta 40.000 de sus 250.000 efectivos. También se suprimirán 15.000 empleos en la Administración.
Los parados de larga duración serán los más perjudicados
El Estado quiere reducir en unos 15.000 el número de funcionarios
Merkel hace así efectivos los "dolorosos ajustes" anunciados desde hace meses para atenerse al mandato constitucional que ella misma introdujo junto a los socialdemócratas en 2009 para mantener a raya el déficit público. Con el recorte, sin embargo, contradice el criterio de numerosos economistas que creen que con el ajuste puede poner en peligro el crecimiento europeo. Al tiempo, desoye las peticiones de sus socios comerciales para incentivar el consumo interno -y equilibrar con ello la balanza comercial con sus socios europeos- aprovechando la buena salud relativa de la economía alemana. Alemania se financia a precios históricamente bajos y tiene un déficit inferior a la media europea.
El Gobierno asume además graves riesgos políticos. Las decisiones anunciadas ayer en Berlín deben pasar por el Parlamento. Algunos sectores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel ya han anunciado resistencia a la parte más amarga de los recortes sociales. Con su anuncio de ayer, Merkel también da alas a la oposición.
Los más desfavorecidos, los millones de alemanes que viven del subsidio para parados crónicos conocido como Hartz IV, dejarán de percibir ayudas para sus gastos de calefacción. También se las arreglarán sin la ayuda adicional por el nacimiento de cada hijo. El Gobierno quiere ahorrarse asimismo 1.800 millones anuales dejando de pagar sus seguros de pensiones.
"Son tiempos difíciles", según resumió Angela Merkel para exponer su poda del Estado del Bienestar. Quiere ahorrar 11.200 millones en 2011 (el 0,4% del producto interior bruto (PIB), 19.100 millones en 2012, 23.700 millones en 2013 y 27.600 millones en 2014 (en torno al 1,1% del PIB). Alemania cerró 2009 con un déficit del 3,3% del PIB y una deuda del 72,2%, pero se prevé que el déficit aumente este año hasta el 5,5% del PIB. Para dar ejemplo, la Administración pública reducirá su plantilla en unos 15.000 empleados y los funcionarios deberán renunciar a la subida del 2,5% de la paga de Navidad prevista para 2011.
Merkel insistió en que el sector financiero contribuirá al ahorro mediante una futura tasa a las transacciones. Aseguró que su Gobierno defenderá la introducción de esta tasa financiera en todo el mundo o, dado el caso, en la Unión Europea a partir de 2013. Alemania espera recaudar con ello 2.000 millones anuales. Las pensiones, uno de los asuntos más delicados para la salud demoscópica de un partido político alemán, no verán la tijera.
Si bien no habla de "impuesto", el Gobierno introducirá una "tasa ecológica" por pasajero sobre el combustible de los vuelos que partan de territorio alemán. Esperan recaudar así 1.000 millones de euros anuales. Asimismo, habrá una tasa sobre la industria nuclear como contrapartida al alargamiento de la vida útil de las centrales atómicas. Esto reportará 2.300 millones de euros anuales a las arcas públicas.
Vestida de rojo, la canciller tachó de "dolorosos" los recortes sociales, particularmente el de las ayudas por hijo. Destacó, en cambio, que "no se ahorrará en educación ni investigación". Merkel lamentó además que "en tiempos de crisis, no se puede gastar en lo que nos gustaría", en referencia a la criticada reconstrucción del Stadtschloss berlinés (el palacio real e imperial prusiano), aplazada por lo menos hasta 2014.
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