_
_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El arma de la locura

Javier Ocaña

En 1973, pocos meses después del bombardeo con napalm del Ejército estadounidense sobre Trang Bang (el de la mítica foto de la niña desnuda por la carretera, abrasada por las quemaduras), George A. Romero construyó The crazies, una de sus alegorías políticas disfrazada de películas de zombis (aquí, más que muertos vivientes, vivos rabiosos), en la que elucubraba sobre la posibilidad de que el accidente de un avión cargado con armas químicas cambiara el sereno panorama de un pueblo americano (como en Palomares, pero a lo bestia).

Vista hoy, aquella película mantiene la fuerza de su premisa, pero no resulta difícil adivinar las razones que han llevado a los responsables de The crazies, en versión 2009, con producción del propio Romero, a recuperar el material: aquel cine, potentísimo en su ideario, no era un prodigio de puesta en escena ni los medios técnicos los mejores para que sus obras aguantaran el paso del tiempo más allá de su encanto casi artesanal.

THE CRAZIES

Dirección: Breck Eisner. Intérpretes: Timothy Olyphant, Radha Mitchell, Joe Anderson, Danielle Panabaker.

Género: terror. EE UU, 2009.

Duración: 101 minutos

Magnífico ambiente

De modo que, al igual que en la notabilísima Amanecer de los muertos (Zack Snyder, 2004), Breck Eisner conduce un remake de una película de Romero renovando su panorama técnico sin descuidar el apocalíptico mensaje. La primera media hora de esta nueva The crazies es magnífica en su relato de ambientes, en la progresiva demencia y, sobre todo, en dos decisiones: el retraso de la información sobre la carga del avión y la eliminación de las conversaciones de los mandos militares y políticos acerca de las soluciones (entre ellas, la pasmosa posibilidad de lanzar una bomba atómica sobre el territorio contagiado). Así, toda la acción se concentra en los habitantes del pueblo, lo que no evita que subyazcan, aunque de modo elíptico, las decisiones de las autoridades.

Desde luego, no hace falta subrayar la actualidad que siguen teniendo las armas químicas y biológicas, pero, como contrapartida, hay un par de aspectos en los que Eisner no sale bien parado. Las escenificaciones del terror, puramente secuenciales, son convencionales y la reciente avalancha de películas sobre virus (de 28 días después a Rec) hacen que su trabajo no tenga el carácter primigenio y procaz de la obra de Romero.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_