El PP y la oposición acosan a Zapatero sobre las pensiones
Bronca en el Senado y derrota en el Congreso contra el recorte social
A José Luis Rodríguez Zapatero le suelen salvar el exceso y la sobreactuación del PP. El presidente llegó ayer al Senado muy tocado por los recortes sociales y por las dudas y discrepancias de su Gobierno, y consiguió que su explicación quedara sepultada por los pateos y golpes de los senadores del PP. "¡Zapatero, dimisión, olé!", coreaban al modo de los hooligans los senadores del PP.
Tres minutos de gritos y pateos que coincidieron con la significativa derrota que sufrió ayer el PSOE en el Pleno del Congreso. En este caso fue la fuerza de los votos y no los golpes, porque toda la Cámara le dejó solo para sacar adelante una moción del PP que pide que se respete el Pacto de Toledo y se revaloricen las pensiones al margen de coyunturas económicas. Derecha, izquierda y nacionalistas infligieron una sonora derrota al Gobierno, dos días antes de que el PSOE convalide en solitario el decreto. Todos arremetieron con extrema dureza contra Zapatero, como ensayo general del jueves y prueba evidente de su debilidad parlamentaria. Pero el PP empañó su victoria anteponiendo a los votos y argumentos su sobreactuación en el Senado, jaleada con su sonrisa por su número dos, Dolores de Cospedal, satisfecha con el espectáculo que estaban dando los suyos.
Zapatero solo había acertado a defender su plan con la referencia a lo que ha hecho en su etapa de Gobierno: un 50% de aumento de gastos sociales en seis años y apenas un recorte del 1,5% ahora. El retrovisor le sirvió para enumerar lo que ha hecho, pero no para encontrar sus múltiples intervenciones con enfáticos compromisos de no hacer ningún recorte. Escuchó al portavoz del PP, Pío García Escudero, llamarle "tragasables" o "impostor político", acusarle de estar "vergonzosamente tutelado por la UE" y lanzar un estrambote de cierre: "Si tiene dignidad, convoque elecciones".
El presidente Zapatero le respondió que, precisamente, esa frase demostraba que al PP le preocupan más las elecciones que la crisis y que es el único partido de Europa que critica la reducción del déficit público.
Y llegó la bronca. Los senadores del PSOE, puestos en pie, intentaron arropar a su líder con aplausos y algún tímido intento de responder con gritos de "¡Gürtel, Gürtel!" para acallar el ruido de las patadas al suelo y los manotazos en sus mesas que daban los del PP. Tres minutos de espectáculo zanjados por un indignado presidente del Senado, Javier Rojo, que aseguró que la imagen que habían dado a los ciudadanos había sido "lamentable".
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