Haití (y Chávez), en el olvido

Haití sigue pesando como una losa sobre las conciencias. Aunque las catástrofes se suceden a tal velocidad que a menudo se fagocitan unas a otras, el terremoto del 12 de enero pertenece a la categoría de lo inolvidable: 250.000 muertos. No todos los días se desmorona un país con la ligereza de una baraja de naipes. Haití era antes el país más pobre de América. Ahora es también el más deshecho.

Algo así jamás es una oportunidad, aclaró el primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, a su llegada a la gala organizada en Madrid para mantener viva la solidaridad hacia su país. Alguien formuló con torpeza una pregunta sobre la oportunidad de la reconstrucción. "Habría preferido que no hubiera 250.000 muertos", resaltó. Bellerive recordó que hay un millón de personas en la calle y una temporada de lluvias a punto de agravar su situación.

El mandatario de Bolivia acusó al PP de estar detrás del golpe de 2008

Aunque la cita por Haití había sido convocada con ambición, finalmente sólo se sumaron a ella los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Paraguay, Fernando Lugo. Sobre la ausencia de Hugo Chávez a la cumbre, bromeó Fernando Lugo a su llegada al palacio de congresos: "Cuando se enteró de que la condición para participar era que solo podíamos hablar tres minutos decidió no venir".

Ante el público invitado al pase, Evo Morales aseguró que, desde la fundación de Bolivia, en 1825, es "la primera vez que compartimos lo poco que tenemos", en referencia a la ayuda enviada a Haití. Por la mañana, el presidente boliviano había acusado al PP y a una fundación del partido que no citó de estar detrás del intento de golpe de Estado en su país en 2008. Sus acusaciones fueron desmentidas poco después por el PP y por el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Evo Morales aseguró que tenía pruebas y emplazó a los medios a una rueda de prensa esta mañana.

La velada solidaria tuvo un marcado aire "bolivariano" por la presentación en España de Al sur de la frontera (2009), un documental de Oliver Stone para descubrir al verdadero Hugo Chávez. El venezolano es el protagonista de la cinta, pero Stone cuenta con unos secundarios de lujo -los presidentes Rafael Correa, Evo Morales, Cristina Fernández, Néstor Kirchner, Raúl Castro, Lula da Silva y Fernando Lugo, para hablar sobre los cambios políticos de América Latina y el tratamiento que les dan los medios de EE UU. "Conociendo a los medios estadounidenses, estaría más preocupado si hablasen bien de mí", ironiza el ecuatoriano Correa en la cinta.

Stone también cree que dirigentes como Chávez o Morales son "demonizados" por la prensa. Obviamente a Chávez le ha gustado el resultado, ya que acudió expresamente a la última Mostra de Venecia para arropar el estreno del filme, donde se le ve cayéndose de una bicicleta, conversando en su avión con Stone y dejando claras proclamas: "Esta es una revolución pacífica. Pero armada".