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La primera crisis del euro

La UE prepara un fondo de rescate multimillonario

La Comisión, los Estados y el FMI movilizarán 750.000 millones para la estabilidad del euro

Andreu Missé

La Unión Europea acordó al filo de las 2.30 la adopción de la decisión histórica más relevante desde la creación del euro, en 1999, con la puesta en marcha de un mecanismo de asistencia financiera de la Unión para ayudar a los países de la zona euro con dificultades para pagar su deuda pública. La operación contará con una participación activa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en total permitirá la movilización de unos 750.000 millones de euros entre préstamos y avales. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, que presidió la reunión, manifestó que tras 11 horas el Consejo había acordado poner en marcha un mecanismo para asegurar "la estabilidad financiera de Europa y en particular del euro".

En la operación podrá participar también el Banco Central Europeo
Los Estados de la zona euro aportarán garantías para los préstamos
Bruselas pretende evitar situaciones como la vivida en Grecia
La asistencia se otorgará a países que sufran "serias amenazas"
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La decisión consta de un mecanismo activado por la Comisión Europea de acuerdo con el artículo 122.2 del Tratado, que permitirá facilitar ayudas por valor de 60.000 millones de euros. "Este mecanismo", dijo Salgado, "estará sujeto a una fuerte coordinación por parte del FMI". La segunda pata de la ayuda consistirá en un acuerdo intergubernamental por el que los Estados miembros ofrecerán garantías por valor de 440.000 millones, a los que se sumará una participación de 250.000 millones por parte del FMI. En total los recursos disponibles para ayudar a los Estados que tengan problemas para renovar sus emisiones de deuda o tengan que hacerlo a precios desorbitados ascenderán a 750.000 millones de euros. La participación activa del FMI ha sido exigida por Alemania para asegurar que los Estados afectados aplicarán los ajustes con la diligencia debida.

El Consejo dio la bienvenida a los compromisos efectuados por España y Portugal de acelerar sus planes de reducción del déficit, que serán de 1,5 puntos del PIB entre 2010 y 2011 en el caso de España y de un punto en el caso de Portugal para este año. Ambos países deberán presentar sus planes de ajuste en el próximo Ecofin del 18 de mayo.

Salgado anunció también que el Consejo había aprobado el primer tramo de la ayuda a Grecia, por valor de unos 8.500 millones para que esté disponible antes del 19 de mayo cuando vence el plazo de renovación de un paquete de este volumen de deuda griega.

Antes del Consejo, varios ministros ya habían expresado su deseo de hacer todo lo posible para alcanzar un acuerdo antes de que abrieran las bolsas asiáticas. "Con los mercados abriendo esta madrugada, no podemos permitirnos un fracaso", dijo el ministro de Finanzas de Suecia, Anders Borg, que añadía: "Vemos en los mercados grupos comportándose como manadas de lobos. Si les dejamos actuar, atacarán a los miembros más débiles y los destrozarán".

No obstante, a la una de la madrugada aún no se había cerrado el acuerdo definitivo por la fuerte oposición de la canciller alemana, Angela Merkel, que pedía la implicación del FMI y, sobre todo, que se pusiera un límite definido en las ayudas en caso de que otros países como Portugal, Irlanda o España precisaran de ellas. Merkel había pactado por la tarde una posición conjunta con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Más allá de los detalles, el mensaje que quería trasladar ayer la UE es que podría disponer de los fondos suficientes, con propósito de desalentar a esas "manadas de lobos" que atenazan los mercados a las que se refería el ministro sueco.

La utilización del mecanismo de asistencia financiera de la Unión podrá ser solicitada por los países que sufran "serias amenazas", que puedan ocasionar importantes "alteraciones económicas y financieras". El mecanismo deberá ser aprobado por el Consejo, por mayoría cualificada, a propuesta de la Comisión Europea.

El mecanismo, desarrollado en un reglamento por el Consejo, prevé tres sistemas de ayuda. Por una parte se estipula la creación de un fondo de estabilidad gestionado por la Comisión Europea, con recursos que captaría en los mercados de capitales o a través de instituciones financieras. La cuantía de esta primera parte está limitada por los recursos propios disponibles por la Comisión Europea, que podrían ascender a unos 60.000 millones de euros.

El acuerdo intergubernamental sobre las garantías resultó el más difícil de alcanzar por las exigencias de Alemania, Finlandia y Holanda, que lograron finalmente una participación muy activa del FMI de hasta 250.000 millones, equivalente a más de la mitad de los compromisos de los Estados Miembros. Las cuantías, plazos de amortización, tipos de interés y demás características de los préstamos serán aprobadas por el Consejo por mayoría cualificada a propuesta de la Comisión Europea y de acuerdo con el BCE. Las cuantías se distribuirán en varios tramos y antes de cada pago se verificará si el país beneficiario cumple con los ajustes comprometidos.

Durante la reunión se desarrolló un debate muy intenso sobre la necesidad de incluir en el acuerdo un compromiso de los Estados miembros en la línea de adoptar nuevas medidas para reducir el déficit público. En este sentido, habría que situar las recientes decisiones de España y Portugal de reducir el déficit público. Portugal ha decidido recortar medio punto del PIB este año y España, otro medio punto este año y un punto en 2011. En el contexto de esta discusión la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, rechazó ciertos planteamientos que dejaban en una posición poco airosa a los países que están más en el punto de mira de los ataques especulativos.

La reunión se vio interrumpida al tener que ser hospitalizado el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. De 67 años, y parapléjico desde hace 20 a consecuencia de un atentado, ha sufrido numerosas intervenciones quirúrgicas durante los últimos años. Ayer se sintió indispuesto a consecuencia de problemas de rechazo de un medicamento. Para su sustitución, el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, tomó un avión urgentemente con destino a Bruselas.

El mecanismo de asistencia financiera de la Unión está dirigido a proteger de manera especial a Irlanda, Portugal, España e Italia, que han visto cómo el coste de su deuda soberana se ha disparado en los últimos días. El tipo de interés de los bonos a 10 años de Portugal se elevó hasta el 6,26%, lo que supone un diferencial respecto al bono alemán que es el que se utiliza de referencia, del 3,49%. El coste de los bonos se ha incrementado también en Irlanda (5,95%); España (4,44%); Italia (4,30%) y Reino Unido (3,88%).

La crisis del mercado de deuda actual se inició el pasado octubre en Grecia, cuando el nuevo Gobierno de Yorgos Papandreu, puso al descubierto que el déficit público real de su país era del 12,7% del producto interior bruto (PIB) en lugar del 3,7% que había declarado el Gobierno conservador anterior de Kostas Karamanlis. Las investigaciones de la Comisión pusieron al descubierto que la práctica de falsificación de estadísticas había sido generalizada, agravando la credibilidad del país y en consecuencia provocando un aumento creciente de los costes para acudir a los mercados. La situación de Grecia fue empeorando con nuevas previsiones que elevaron hasta el 13,6% (y con posibilidad de llegar al 14,1%) su déficit público.

El deterioro financiero se vio especialmente agravado por la crisis de la deuda de Dubai el pasado noviembre. Desde entonces los movimientos especulativos se han hecho cada vez más difíciles de dominar. Grecia recibió la semana pasada una ayuda que le permitirá disponer de hasta 110.000 millones de euros en los próximos años a un tipo de interés del 5%, muchísimo más barato que lo que le costaría acudir al mercado de capitales. El pasado viernes el tipo de interés de la deuda griega estaba a 12,5% a pesar de la ayuda recibida.

El acuerdo de ayer pretende evitar que la crisis de Grecia se repita en otros países europeos. Para fortalecer la coordinación económica de la zona euro y endurecer las sanciones de los países que incumplan el pacto de estabilidad y crecimiento (hoy 20 de los 27 países), el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, presentará el próximo miércoles un paquete de medidas.

Lo que está claro es que ni Reino Unido ni Suecia, que no están en la zona euro, participarán en el rescate. "Lo que no haremos y no podemos hacer es dar asistencia al euro. La responsabilidad de asistir al euro debe corresponder a los miembros del Eurogrupo", dijo el ministro de Finanzas británico, Alistair Darling.

Por su parte, el representante sueco, Anders Borg, aseguró que "son los países del Eurogrupo los que han creado el problema y está claro que nuestros contribuyentes no están dispuestos a financiar a los griegos que se jubilan a los 40 o a los 50 años".

Con el euro frente a la más dura prueba desde su debut en 1999, este fin de semana se ha convertido en un ejercicio de gestión de crisis para restaurar la fe en la moneda y evitar que una crisis de la deuda europea se extienda en cascada en todo el mundo.

El propósito es tomar "una decisión sobre un mecanismo que nos permita asegurar la estabilidad del euro, la estabilidad en la zona y, más allá de eso, la estabilidad en los mercados financieros", dijo la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde.

El euro cayó a 1,271 dólares desde 1,329 dólares en la última semana, y se ha devaluado un 15% desde finales de noviembre.

Salgado habla con el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders (izquierda) y el comisario de Asuntos Monetarios, el finlandés Olli Rehn.
Salgado habla con el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders (izquierda) y el comisario de Asuntos Monetarios, el finlandés Olli Rehn.EFE

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