Los que piden justicia
Darío Rivas e Inés García Holgado son los que han llevado hasta Argentina su pretensión de que se haga justicia. Rivas es hijo de un alcalde republicano de Castro de Rei (Lugo) que fue ejecutado y arrojado a una cuneta. Se enteró en Buenos Aires, donde su padre le había enviado para estudiar, de que se había quedado huérfano. En 2005 logró encontrar los restos de su padre y enterrarlo en el panteón familiar. En su lápida aparece escrito: "Severino Rivas Barja, que fue alcalde de Castro de Rei, nacido el 13 de septiembre de 1875. Lo asesinaron en Portomarín los falangistas el día 29 de octubre de 1936. Volvió a casa para descansar en paz el día 19 de agosto de 2005".
Inés García, hija de otro exiliado español, defiende la memoria de tres familiares que perdió en la guerra: un tío que sigue desaparecido y dos tíos abuelos que fueron fusilados.
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