Las relaciones entre Estados Unidos e Israel parecen sometidas últimamente a la ley de Murphy: si algo puede ir mal, va mal, y si puede empeorar, empeora. El anuncio de que Benjamin Netanyahu no acudirá el lunes a la cumbre de Washington sobre seguridad nuclear coloca un nuevo eslabón en la cadena de desentendimientos que rodea últimamente a ambos gobiernos.
El regreso a Egipto del ex responsable del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y premio Nobel de la Paz en 2005, Mohamed El Baradei, ha supuesto un revulsivo para el narcotizado país árabe. Tras casi tres décadas de reinado absoluto del presidente Hosni Mubarak, El Baradei se ha erigido en símbolo del cambio anhelado.
Tras el desastre de Chernóbil, Italia, mediante un referéndum, decidió apearse en 1987 de la explotación de la energía nuclear. Las cinco centrales que funcionaban entonces dejaron progresivamente de hacerlo hasta que, en 1990, no quedó ninguna en marcha.
La derecha radical, xenófoba y ultranacionalista que representa el partido Jobbik -significa "los mejores"- puede convertirse en las elecciones parlamentarias en Hungría del 11 y 25 de abril en la segunda fuerza política, desplazando a los socialistas del gobernante MSZP, del que se prevé que sufra un duro revés y caiga del primer al tercer puesto.
Rafael Hernández es director de la revista Temas, uno de los pocos espacios de debate que existe en Cuba. Defiende el modelo socialista aunque pide su democratización desde dentro, y asegura que la vieja política de Washington explica muchos enroques en su país, también la "desconfianza" hacia todo lo que huela a disidencia.
El cantautor Silvio Rodríguez encabezará hoy un maratón musical y artístico convocado por el Gobierno frente a la misión diplomática de Estados Unidos, en el malecón de La Habana, con el propósito de rechazar las críticas internacionales por la situación de los derechos humanos en la isla y denunciar la existencia de una "campaña mediática", con el fin de "desprestigiar" a la revolución.
Los manifestantes antigubernamentales tailandeses desafiaron ayer el estado de excepción implantado el miércoles y tomaron durante tres horas la principal estación de comunicaciones del país, hasta lograr el reestablecimiento de la señal de una cadena de televisión que apoya las protestas.