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Italia regresa a la energía nuclear de la mano de Francia

Empresas francesas colaborarán en la construcción de cuatro centrales

Antonio Jiménez Barca

Tras el desastre de Chernóbil, Italia, mediante un referéndum, decidió apearse en 1987 de la explotación de la energía nuclear. Las cinco centrales que funcionaban entonces dejaron progresivamente de hacerlo hasta que, en 1990, no quedó ninguna en marcha. Hasta ahora. De la mano de Nicolas Sarkozy, y amparado por la potente industria nuclear francesa, Silvio Berlusconi está decidido a que Italia obtenga energía eléctrica mediante nuevas centrales. En febrero de 2009, en Roma, se dio el primer paso con un acuerdo que anunciaba que varias compañías francesas participarían en la construcción de cuatro reactores nucleares en suelo italiano. Ayer se ratificó este compromiso, se comenzó a desgranar y a concretar y se extendió a convenios encaminados a la eliminación de deshechos nucleares o a la investigación.

"No es normal que la energía salga mucho más cara a Italia que a otros países europeos y que esto se traduzca en términos de competitividad empresarial", aseguró ayer el dirigente italiano en el Palacio del Elíseo, mientras el presidente francés asentía. "Nuestra voluntad es la de trabajar codo con codo con las empresas italianas", replicó después Sarkozy. "Tanto Francia como sus empresas están decididas a invertir en este trabajo junto a los italianos".

El acuerdo abría el camino para que las empresas francesas especializadas en el desarrollo nuclear (Areva, EDF) entren en el mercado italiano. Las cuatro centrales nucleares serán de tercera generación, esto es, de 1.600 megavatios, más potentes que las actuales, y con una duración prevista de 60 años, 20 más que las que funcionan ahora. El primero de estos reactores nucleares funcionará en Italia después de 2013, según las previsiones de ambos países. Cuando los cuatro estén en marcha, generarán el 25% de la energía eléctrica que consume Italia.

Berlusconi aseguró que la población italiana necesitará una especie de campaña de información que les muestre "la seguridad de estas instalaciones" y algún otro detalle sobre la energía nuclear. "Por ejemplo: el propio presidente Sarkozy me ha señalado que al otro lado de los Alpes, en la parte francesa, hay centrales nucleares galas. Y que, en el imposible caso de que hubiera un incidente, éste afectaría ya de hecho a la población italiana". Sarkozy, por su parte, aplaudió "el paso histórico" en el que se está embarcando Italia.

Francia colabora con Italia desde el peso que le otorga su experiencia y su apuesta por la energía nuclear: de hecho, el 77% de la energía eléctrica que se consume en Francia es de origen nuclear. El país, que ha convertido la energía atómica en un pilar de su independencia energética y nacional, cuenta con 58 centrales en funcionamiento, que a su vez se alimentan de 34 reactores de 900 megavatios, 20 de 1.300 y cuatro de 1.450. La primera comenzó a funcionar en 1956. De desarrollar esta política se encarga el grupo Areva, que dirige las distintas sociedades que se ocupan, entre otras cosas, del levantamiento y mantenimiento de las centrales nucleares y del tratamiento y transporte de residuos.

Silvio Berlusconi y Nicolas Sarkozy, antes de la foto oficial del cierre de la cumbre.
Silvio Berlusconi y Nicolas Sarkozy, antes de la foto oficial del cierre de la cumbre.REUTERS

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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