Los 'camisas rojas' de Tailandia desafían el estado de excepción
Los opositores al Gobierno toman un canal de televisión durante tres horas
Los manifestantes antigubernamentales tailandeses desafiaron ayer el estado de excepción implantado el miércoles y tomaron durante tres horas la principal estación de comunicaciones del país, hasta lograr el reestablecimiento de la señal de una cadena de televisión que apoya las protestas. El enfrentamiento entre 12.000 camisas rojas y 7.000 miembros de las fuerzas de seguridad marcó el choque más violento en Tailandia desde que, el 14 de marzo, cien mil personas iniciaran una protesta pacífica en Bangkok en apoyo "de la democracia".
Miles de opositores al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, rompieron ayer el cordón de las fuerzas de seguridad durante la tarde (cinco horas menos en la España peninsular) e irrumpieron en las instalaciones, a unos 65 kilómetros al norte de la capital. Los camisas rojas exigían que se restaurase la señal de la cadena por satélite People Channel (PTV), cortada el jueves de orden del Gobierno por "incitar a la violencia y la subversión". Al menos 18 manifestantes y cuatro miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos en los enfrentamientos.
"Ya cerraremos la emisora de nuevo", declara el portavoz del Ejecutivo
Pese a que la policía tailandesa empleó, por primera vez desde el inicio de las protestas, gases lacrimógenos y cañones de agua, los manifestantes se reagruparon y lograron entrar en el complejo de la estación de comunicaciones por satélite de Thaicom, aunque no en el edificio principal. Los camisas rojas saltaron los alambres de espino, y forzaron la puerta de las instalaciones. Tres horas después, comenzaron a retirarse, después de que las negociaciones entre la policía y los líderes de la protesta resultaran en la reanudación de la señal.
El Ejército había amenazado con utilizar la fuerza si los camisas rojas entraban en la estación, desde la que PTV retransmitía en directo las manifestaciones de los opositores. Pero la mayoría de los soldados se retiraron y dejaron que los manifestantes tomaran el control de los terrenos de la estación.
El portavoz del Ejecutivo, Panitan Wattanayagorn, resumió la jornada con la siguiente frase: "Puede que hayan conseguido reabrir PTV, pero hallaremos la forma de cerrarlo de nuevo". Las autoridades movilizaron a 33.000 soldados y policías adicionales en Bangkok y ordenaron la detención de 24 líderes de la protesta.
Los manifestantes, que llevan acampados casi un mes en Bangkok, habían convocado marchas en 10 puntos de la ciudad, pero tras el corte de la señal de la cadena, anunciaron que convergerían en la estación de comunicaciones. Los camisas rojas, que apoyan al depuesto primer ministro y magnate Thaksin Shinawatra, acusan a su sucesor, Vejjajiva, de ser un títere del Ejército y piden la convocatoria de elecciones anticipadas. La población rural y la clase trabajadora son los segmentos sociales de los que se nutren los camisas rojas, ya que fueron los máximos beneficiarios de la política de Shinawatra, quien vive exiliado en Londres.
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