La OMS anuncia una investigación externa de su gestión de la gripe A
El Consejo de Europa debatirá si hubo alarmismo y se benefició a laboratorios
Las acusaciones a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de alarmismo y de favorecer a los laboratorios farmacéuticos han arreciado al decaer la incidencia de la gripe A, declarada pandemia desde el pasado junio. Pero la decisión del Consejo de Europa de debatir este mes si la gestión de esta crisis sanitaria por parte de la OMS está siendo adecuada ha sido lo que la ha hecho reaccionar. La organización anunció ayer que se someterá al análisis de un grupo de expertos independientes.
Las críticas se centran en dos hechos: sobrevalorar la gravedad de la enfermedad -ya que la mortalidad no ha sido mayor que la de la gripe de otros años- y animar a la compra masiva de vacunas y tratamientos contra la gripe A en multitud de países tras declararse la pandemia. La acusación principal a la OMS es la de que, al exagerar los riesgos de la enfermedad, benefició a los fabricantes de esos productos farmacéuticos. El organismo defiende que declaró la pandemia por la rapidez de la expansión del virus, no por su mortalidad.
España cancela el pedido de vacunas por valor de 170 millones de euros
El presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Wolfgang Wodarg, ha impulsado una iniciativa para que se investigue el posible papel de los laboratorios. En un texto impulsado por Wodarg y suscrito por parlamentarios de diez países se afirma que los laboratorios "han incitado a destinar los recursos sanitarios a favorecer estrategias de vacunación ineficaces". El documento añade que se está "exponiendo inútilmente a millones de personas con buena salud al riesgo de efectos secundarios de vacunas que no están suficientemente probadas". Wodarg, socialista alemán y médico epidemiólogo, afirmó que "la OMS, en cooperación con algunas de las grandes compañías farmacéuticas y sus científicos, redefinieron el nivel pandémico. Estos nuevos estándares obligaron a los políticos a reaccionar y firmar acuerdos para adquirir vacunas contra la nueva gripe".
Ante esta decisión del Consejo de Europa, la portavoz de la OMS, Fadela Chaib, anunció ayer su propia investigación, aunque no dijo cuándo se hará ni por quién: "En el futuro realizaremos una evaluación de nuestro trabajo con expertos externos para analizar nuestro manejo y respuesta al virus H1N1". Chaib asegura que su organización está "abierta a las recomendaciones" que puedan mejorar su labor y ha prometido que las conclusiones se harán públicas.
Parte de la polémica se centra en la supuesta redefinición de la situación de pandemia hecha por la OMS en primavera y en el rápido aumento de nivel de emergencia hasta que finalmente declaró la pandemia en junio. De acuerdo con los protocolos que se establecieron cuando se empezó a vigilar la anterior posible pandemia, la de la gripe aviar, ésta se declara cuando hay un virus que se propaga fácilmente entre personas de dos o más áreas geográficas (que corresponden en rasgos generales a los continentes).
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, afirmó ayer que España actuó con "proporcionalidad" en la compra de vacunas de la gripe A y explicó que Sanidad se ahorrará 170 millones de euros tras cancelar más de la mitad de las dosis contratadas con las farmacéuticas. "Todavía es pronto" para determinar si se produjo una alarma excesiva", añadió la ministra. De los 37 millones de dosis que había contratado España, sólo han servido 13 millones, especificó Jiménez. Las dosis no utilizadas no se venderán, sino que "se aprovecharán probablemente para el año que viene", añadió.
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