Un freno a la pubertad en espera de los 18
Mónica M., una psicóloga sevillana de 39 años, no olvida el día en que fue consciente de lo que le pasaba. Estaba ojeando en su casa una revista cuando se encontró con un reportaje sobre Bibi Andersen en el que se abordaba el pasado de la actriz. "Decían que había nacido como chico pero que siempre se sintió mujer. Yo debía tener 13 o 14 años y me reconocí completamente en todo aquello", cuenta Mónica. Hasta entonces, sabía que no se sentía cómoda en su cuerpo de varón, pero era incapaz de explicar por qué. "No sabía que existía la transexualidad. Antes eso era lo habitual. Pensabas que eras homosexual y te escondías", recuerda.
Hoy, Mónica está casada, tiene una hija de 17 años y hace dos se sometió a la cirugía de reasignación de sexo en el hospital Carlos Haya de Málaga. "Desde entonces toda mi vida ha mejorado. Al estar yo más feliz soy una emoción negativa menos en la casa y eso lo notamos todos". Por su experiencia personal y por la profesional es una firme defensora del tratamiento temprano de la transexualidad.
Atención psicológica
Alrededor del 10% de los pacientes que recibe la Unidad de Trastorno de Identidad de Género (UTIG) del hospital Carlos Haya es menor de edad. Este servicio (uno de los cinco similares que existen en la sanidad pública española) entró en funcionamiento hace 11 años y ha atendido a alrededor de 80 menores. La media tiene entre 14 y 15 años, por lo que mientras reciben la atención psicológica para confirmar su diagnóstico (que dura unos 18 meses), los jóvenes ya se acercan a los 16 años, la edad recomendada por la mayoría de los expertos para iniciar un tratamiento que frene la pubertad y el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, como la barba en los hombres y el pecho en las mujeres.
"Frenar este desarrollo ahorra sufrimiento", afirma Mar Cambrollé, coordinadora del Área Trans de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía, defiende que estos tratamientos, que son reversibles, se inicien antes de los 16 años si el diagnóstico es claro.
La FELGTB emitió ayer un comunicado para "celebrar" la operación de Barcelona, pero también para exigir el derecho del menor a operarse "si así lo desea, cuenta con un estudio profesional y el apoyo de su familia". "El trámite judicial retrasa inexplicablemente la realización de la cirugía y vulnera el derecho al libre desarrollo del o la menor", sostiene el texto.
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