Una bodega del Ribeiro falsificó las etiquetas de denominación de origen
Un control del consello regulador detectó la suplantación de tres marcas
La Denominación de Origen Ribeiro ha detectado un fraude en la utilización de sus contraetiquetas - el precinto numerado expedido por el Consello Regulador que figura en cada botella para acreditar la autenticidad de la uva- que ha denunciado ante la Xunta. Quince años después de que el entonces mayor empresario de la comarca, Manuel Vázquez Pérez, conocido como Manolo Arnoya, pagara con su estancia en la cárcel la falsificación de las contraetiquetas de sus vinos, un pequeño bodeguero de la zona ha emulado su método para intentar vender al menos tres de sus marcas como Ribeiro sin pasar por el control de la Denominación de Origen.
En esta ocasión la bodega Barbantiño, que produce "unas 100.000 botellas anuales de Ribeiro", ha falsificado el papel expedido por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) de España, según la denuncia. El Consello Regulador detectó el fraude el pasado 20 de noviembre, cuando recogió muestras de varias bodegas para realizar un control rutinario de cata, análisis y comprobación de etiquetado. Una de las muestras, de la marca Real Bantiño, tenía alteraciones. El análisis, mediante el uso de una linterna de luz ultravioleta, permitió detectar, entre otras deficiencias, que no figuraba el año de embotellado.
Barbantiño produce alrededor del 1% del volumen total de vino de la zona
"Somos la única Denominación de Origen de Galicia y una de las pocas de España que encargamos los precintos a la FNMT", señala el presidente del Consello Regulador, Luis Anxo Rodríguez, para advertir de la "mayor seguridad" de este organismo en el control del fraude. Rodríguez resta importancia a la trascendencia de la falsificación. "En un primer cálculo", estima que Bodegas Barbantiño, "que en otros tiempos era una empresa mediana", produce ahora "apenas el 1% del volumen total del Ribeiro", que saca al mercado anualmente 10 millones de botellas y produce 16 millones de kilos de uva. El Consello matiza que no tiene datos para asegurar que toda la producción de esta bodega sea fraudulenta.
De momento, el organismo que controla la denominación de origen ha detectado falsificación en tres de las marcas de la bodega: Real Bantiño, Bantiño y Viñaribia, todas ellas retiradas del mercado, aunque sigue inspeccionando.
Rodríguez reconoce que el fraude cometido por el empresario es al menos de dos tipos. "En origen, porque la empresa intentó vender como Ribeiro lo que no era tal", y de "falsificación de papel estatal", porque imitó el precinto de la Fábrica Nacional. Sin embargo, el presidente del Consello Regulador descarta que pueda existir fraude alimentario. "Hubo engaño, se supone que el vino no era Ribeiro, pero eso no significa que el producto sea malo para la salud", sostiene. Pese a que todos los indicios apuntan a que el paso previo a la falsificación fue la entrada de uva foránea en la vendimia, Luis Anxo Rodríguez advierte de que el Consello no puede formular de momento esa denuncia. "Esa es otra investigación".
El Consello Regulador no presentó denuncia judicial, ya que sostiene que ello corresponde a la Xunta, organismo que ejerce su tutela, e incluso a la FNMT. El organismo puso en conocimiento de la fábrica estatal el fraude el pasado 26 de noviembre y esperó su confirmación definitiva, que se produjo el lunes, día 4. La Xunta, que "lamenta" lo ocurrido, tampoco habla de denuncia judicial. La Consellería de Medio Rural ha anunciado que abrirá expediente sancionador por "falta muy grave" a la empresa, a la que además le impondrá una multa que podría llegar a los 300.000 euros.
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