El formador de Franco

José Millán-Astray y Terreros "fue, quizá, la persona que más influencia ejerció en la formación moral e ideológica de Francisco Franco", asegura el historiador Paul Preston en la extensa semblanza que dedica al general en su libro Las tres Españas del 36. El fundador de la Legión española era amigo fiel y entusiasta del dictador, cuya imagen "como salvador invencible creó y divulgó" -se le atribuye el haber acuñado el nombre de El Caudillo-. Y tuvo, según Preston, una "participación de vital importancia" en el ascenso de Franco como jefe de Estado al acabar la Guerra Civil. Obsesionado con la muerte y artífice de la terrible reputación que tenía el cuerpo de mercenarios que creó durante sus sangrientas operaciones militares en África, Millán-Astray fue un activo golpista. Es su sonado su enfrentamiento con Unamuno en plena Guerra Civil cuando le espeta "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la Muerte!". En la primera década de la dictadura, a cuyos inicios fue nombrado jefe de Prensa y Propaganda, Millán-Astray fue un próximo colaborador de Franco y su regimen. Hasta que tuvo que exiliarse a Portugal, a principios de los años 40, para evitar el escándalo de adulterio.