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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Fernández de los Ríos y Lorca

He leído la crónica sobre la muerte de Federico García Lorca que se publicó en ese periódico el 10 de diciembre. Contra lo que suele ser práctica habitual en la tarea de historiadores y biógrafos, el autor se limita a resaltar una fuente de información, a la que se adjudica plena credibilidad de una forma arbitraria. Pese a las tópicas alusiones a una "historia plagada de silencio", la bibliografía sobre aquel asesinato comienza a ser abrumadora y pone en adecuada perspectiva el testimonio de Emma Penella, que ahora se aporta. Tampoco hay por qué creer, sin contrastarla con otros testimonios, la anotación de Penón que se cita en la crónica. La inclusión del nombre de Fernando de los Ríos me parece tan gratuita como estrafalaria. Fernando de los Ríos era, simplemente, un gran amigo de la familia García Lorca desde hacia muchos años y presentar a Federico como el "niño mimado de Fernando de los Ríos" es desconocer el prestigio literario que García Lorca tenía ya en 1936. De la misma manera, hacerse eco de una denuncia que presentaba a Federico como el "secretario de Fernando de los Ríos" carece de cualquier valor histórico.

Suponer que las autoridades franquistas querían conocer, a través de García Lorca, el paradero de Fernando de los Ríos es absurdo.

Cualquier persona medianamente informada -y los sublevados lo estaban- podía saber entonces que, desde el 23 de julio de 1936, Fernando de los Ríos estaba en París tratando de adquirir armas para la República.

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Allí permanecería hasta comienzos de agosto, cuando volvió a Madrid y fue nombrado rector de la Universidad de Madrid. Es muy comprensible el afán de Emma Penella por rehabilitar la memoria de su padre, pero eso no le proporciona la credibilidad que el cronista le adjudica, aunque no deje de haber algún detalle interesante en su testimonio, como es el que demuestra la necesidad de contrastar algunas informaciones orales recogidas por otros investigadores.

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