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Las juntas arbitrales buscan un pacto para desterrar casos como el de Rover

Fijarán qué hacer con las cantidades en disputa cuando se acuda al Supremo

Pedro Gorospe

Las administraciones públicas no quieren que se repita el caso Rover. Las juntas arbitrales del Concierto Económico vasco, del Convenio navarro y la Central de Régimen Común, es decir, los órganos que dilucidan extrajudicialmente los conflictos entre las haciendas, tampoco. Todos creen que el espectáculo y la incertidumbre que han seguido a la decisión de la Junta Arbitral del Concierto, que falló a favor de la Diputación alavesa en el litigio sobre quién debía cobrar el IVA de sobre los coches MG Rover importados del Reino Unido y distribuidos en el resto de España desde una plataforma logística de Álava, debe ser el punto de inflexión de una nueva forma de proceder. La Administración central recurrió la resolución al Supremo y todavía está pendiente que aquélla entregue cautelarmente a la Diputación los 450 millones de euros discutidos, como pactó el PNV con el PSOE en la negociación de los Presupuestos del Estado.

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Pautas para encarrilar los conflictos

Los representantes de las tres juntas arbitrales que operan en España están trabajando en comisiones para lograr un acuerdo que defina todos los aspectos de la ejecución de las resoluciones y evitar de esa manera que la falta de reglamentación genere situaciones como la de Rover. En la primera reunión, que se celebró el jueves en Vitoria, estuvieron presentes representantes de la Agencia Tributaria, del Ministerio de Hacienda, de los gobiernos vasco y navarro y de las tres diputaciones, además de destacados miembros de las juntas arbitrales.

El principio a salvaguardar, señalan participantes en la jornada, es el de la estabilidad económica. Y aunque el procedimiento por el que se rigen no puede evitar que una administración recurra sus decisiones al Supremo, como ha ocurrido con el caso Rover, al menos sí quieren cerrar un acuerdo para que la ejecución de las resoluciones aclare el destino de los fondos en litigio mientras no hay sentencia.

"Una de las vías es que el dinero asociado a una reclamación vaya a la Administración a la que la Junta Arbitral favorece con su resolución", asegura un participante en la reunión. "En caso de recurso judicial, hay que analizar la custodia del dinero, pero parece lógico que corresponda a quien se atribuye la razón", indica. Los participantes en la reunión aceptaron darle carácter anual y poner en común los acuerdos que se vayan fraguando en las comisiones creadas para resolver los problemas que se están detectando en el funcionamiento de las juntas. En el caso Rover, la Diputación de alavesa y el Ministerio de Economía están a punto de cerrar un acuerdo para que esos 450 millones lleguen a Álava lo antes posible.

Arbitrajes

- La Junta Arbitral vasca se constituyó el 11 de septiembre de 2007, tras el último acuerdo sobre el Concierto que firmaron las administraciones central y vasca. El asunto más espectacular abordado ha sido el caso Rover. La Junta Arbitral navarra es un órgano que data de 1927, pero su constitución fue reciente, en 2004. El mandato de sus miembros es por seis años. La vasca se renovará en 2013 y la navarra el próximo año.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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