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Cineastas contra el "maquillaje" de la orden ministerial

Culminada la norma, los firmantes del manifiesto vuelven a la batalla

Rocío García

Es el cuento que nunca acabar... bien. No todos están satisfechos con la operación que ha culminado con la redacción de la orden ministerial que regula las ayudas de la Ley de Cine y a punto de entrar en vigor. Es más, hay unos cuantos que, armados de papel, lápiz y calculadora, han hecho números y han comprobado que no es oro lo que desde el Ministerio de Cultura reluce. Los firmantes del manifiesto Cineastas contra la orden califican de "maquillaje" los cambios propuestos en el borrador de la orden y han convocado una asamblea la semana próxima para debatir los aspectos más controvertidos del polémico texto.

"La orden tiene un carácter más industrial que cultural y el cine también es cultura", se queja el realizador Felipe Vega, uno de los firmantes del manifiesto Cineastas contra la orden. "Lo que han hecho ha sido una labor de exquisito maquillaje. Las últimas propuestas no han cambiado para nada el espíritu que contenía el borrador. Para las películas de gran presupuesto se dan unas enormes facilidades de financiación, pero las películas medianas y pequeñas se encontrarán con más dificultades que ahora", asegura el realizador Chema Rodríguez, firmante también y uno de los asistentes a la reunión de este grupo de cineastas que estudió el jueves con detenimiento los cambios propuestos por Cultura.

"Es falso que las películas pequeñas sean malas", dice Chema Rodríguez

Se han puesto a hacer cálculos y han llegado a la conclusión de que una película de un millón de euros que haya pasado por algún festival, que haya conseguido entre 60.000 o 100.000 espectadores sólo llegará a obtener unas ayudas de 100.000 euros -"que ascenderán a 150.000 si consigue el Oso de Oro de Berlín", ironiza Rodríguez-, mientras que con la legislación actual serían unos 330.000 euros. "Cultura defiende que podremos ir por la vía de ayuda sobre proyecto [la que tienen que ser aprobadas por una comisión], pero eso es una falacia y una trampa porque en ese apartado hay un tope de 20 películas al año, al que, además, pueden presentarse ahora todos los proyectos. Va a ser un auténtico embudo y una merienda de negros, en detrimento de los pequeños", añade el realizador de Coyote. Se queja de que se está trasladando al público la idea "falsa" de que las películas pequeñas son malas. "No es verdad, hay tantas buenas o malas independientemente de su gran o pequeño presupuesto".

En un par de puntos sí coinciden Cineastas contra la orden con la FAPAE (Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España): en que la producción española es mayor de la que puede acoger el mercado y en que lo importante de cara a la industria del cine no es la orden ministerial, sino la ley audiovisual, cuyo proyecto fue aprobado ayer por el Consejo de Ministros. En él, ve Rodríguez "un claro deseo de favorecer a las cadenas de televisión".

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