55.000 millones para acabar con las desigualdades en Latinoamérica
Un estudio calcula el esfuerzo de cada país para lograr las metas educativas de 2021
El objetivo es muy concreto -dar el empujón definitivo a la educación latinoamericana para acabar con las enormes desigualdades de la región-, y ahora también el presupuesto necesario para hacerlo realidad: 55.000 millones de euros en 10 años, de 2011 a 2021. La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) acaba de presentar a los Gobiernos de la zona el estudio de costes para alcanzar las Metas Educativas 2021, elaborado con la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) de la ONU.
Un coste que puede producir mareos, pero que, según los viceministros de Educación latinoamericanos, reunidos a finales de agosto en Brasil, "a partir de los datos económicos presentados (...), es posible alcanzar las metas educativas en el año 2021, lo que supondría un avance histórico". Ese empujón, acordado de manera conjunta por todos los países, supondría acabar en una década, coincidiendo con la celebración de los bicentenarios de la independencia de los países latinoamericanos, con el analfabetismo que afecta aún a 32 millones de personas, escolarizar a los 15 millones de chavales de tres a seis años que no lo están, mejorar el acceso a la universidad o construir sistemas fuertes de formación profesional.
Por supuesto, cada país arranca de un punto de partida distinto, con poblaciones y economías diferentes, pero el informe contiene un estudio pormenorizado del esfuerzo que debe hacer cada uno, desde los 13.000 millones de euros en México o los 12.500 millones de Brasil, hasta los 186 millones de Paraguay y Bolivia o los 115 millones de Nicaragua. Para alcanzar estas cifras, si se mantuviera la prioridad macroeconómica (el mismo crecimiento en educación que en el PIB del país), faltarían todavía unos 13.400 millones para cumplir los objetivos.
¿De dónde saldrían? De aumentar todavía un poco más ese esfuerzo. En concreto, un 0,56% más del PIB en una década (de media en toda la región) para alcanzar todas las metas: los programas estrictamente educativos, los de I+D y las transferencias a los grupos vulnerables.
Para alcanzar sólo los objetivos estrictamente educativos (que requerirían 46.000 millones de euros, 40.000 sin contar España y Portugal), el esfuerzo medio sería de un 0,29% más del PIB de media. Pero, como el informe de la Cepal tiene en cuenta que el esfuerzo que pueden hacer los países no es ilimitado y ha fijado un máximo posible, habría tres que no alcanzarían esas metas: Bolivia, Honduras y Nicaragua.
De ese modo, faltarían unos 1.860 millones de euros, un poco menos del fondo solidario que prevé el proyecto de las metas educativas para ayudar a los más rezagados, establecido en 2.000 millones. La OEI prevé reunir el fondo a través de los países más ricos de la región (incluido España), más la Unión Europea (cuya presidencia ostentará España en 2010), y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Ahora los países deberán adaptar las metas a su propia realidad y ver la manera de aportar la financiación necesaria, ya que si en algunos países la prioridad está todavía en aumentar la escolarización (Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Honduras y Guatemala no alcanzan a escolarizar a la mitad de los niños de tres a seis años), en otros el reto es facilitar la llegada de más alumnos a la universidad. En cualquier caso, el informe reúne también algunas propuestas para aumentar la financiación educativa, por ejemplo, mejorando los resultados: se pierden unos 12.350 millones de euros al año por culpa de las repeticiones de alumnos en primaria y secundaria.
El documento firmado en Brasil fija como fecha para el acuerdo definitivo de las metas septiembre de 2010, en la Conferencia de Ministros de Educación que se celebrará en Argentina y, posteriormente, en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno.
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