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Uribe acelera el paso para lograr la reelección

El presidente colombiano quiere sellar su alianza militar con EE UU el domingo

Dos frentes acaparan estos días la atención del presidente colombiano, Álvaro Uribe. Internamente, el dirigente está empeñado en sacar adelante el proyecto de ley del referéndum que le abriría las puertas a un tercer mandato y, por primera vez, ha pedido abiertamente a los diputados que le apoyan que se involucren en esta iniciativa para que sea aprobada cuanto antes. En el frente internacional, Uribe pretende cerrar este domingo el acuerdo para que EE UU pueda utilizar bases colombianas, que ha levantado gran polvareda en la región. Para intentar aplacar esta crisis, ayer confirmó que asistirá a la cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se celebrará el 28 de agosto en Bariloche, Argentina.

El dirigente acepta acudir a la cumbre extraordinaria de Unasur en Bariloche

La única vez que Uribe se ha pronunciado sobre su posible reelección fue en mayo. "Lo veo inconveniente por perpetuar al presidente, porque el país tiene muchos buenos líderes", dijo entonces. "Y en lo personal, porque no quisiera la amargura de que las nuevas generaciones me vieran como alguien apegado al poder". Sin embargo, ahora está dedicando gran parte de su agenda a darle oxígeno al referéndum que haría posible su reelección.

La iniciativa legislativa está bloqueada en el Congreso. La consulta patina, hace meses, en el último trámite: una conciliación, ya que las dos Cámaras -debido a un error inicial de redacción- aprobaron textos distintos. Uno señala que la reelección sería en 2010; el otro, en 2014. El senador liberal Héctor Helí Rojas asegura que el Gobierno cuenta con los votos necesarios para lograr su objetivo. Pero cree que el proyecto tendrá problemas cuando sea sometido a la aprobación de la Corte Constitucional debido a los errores en el trámite de la iniciativa.

Mientras Uribe ponía en marcha toda la maquinaria para que la ley del referéndum se vote el próximo miércoles, ayer en Washington se sentaron a la mesa los negociadores que darán las últimas puntadas al acuerdo de cooperación militar que permitirá a Estados Unidos usar siete bases militares colombianas. "Si Dios quiere, este fin de semana estará todo cerrado", anunció el comandante de las fuerzas militares, el general Freddy Padilla.

La declaración la hizo el miércoles en la base de Palanquero, una de las del acuerdo. Allí, en pleno centro del país, varios generales y el nuevo ministro de Defensa, Gabriel Silva, se reunieron con los miembros de la Comisión de Relaciones Internacionales del Senado. En Palanquero, Estados Unidos invertirá 46 millones dólares (32 millones de euros). Desde allí se coordinará la lucha contra el narcotráfico.

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El comandante de la Fuerza Aérea, el general Jorge Ballesteros, aseguró que "no habrá aviones de combate" de Estados Unidos, que "entre la tripulación siempre habrá un colombiano" y que "no habrá tráfico de tropas norteamericanas por el país".

Pero la letra pequeña del acuerdo no se ha dado a conocer. Las dudas persisten. "En el texto se afirma que se realizarán ejercicios conjuntos para mantener la paz, la seguridad, la democracia y la estabilidad, y esto abre muchos interrogantes", advierte el senador liberal Juan Manuel Galán. También le preocupan expresiones que aparecen en la lista de objetivos de esas operaciones conjuntas, como "otras amenazas de carácter transnacional". "Eso puede ser cualquier cosa", dice el senador.

La decisión de Uribe de asistir el 28 de agosto a la reunión extraordinaria de los mandatarios del sur del continente ha sido considerada un acierto. Bogotá no acudió a la cumbre del 10 de agosto en Quito por considerar que el Gobierno de ese país le agrede. En este sentido, el presidente de México, Felipe Calderón, de visita en Bogotá, se ofreció ayer a mediar para zanjar la crisis de Colombia con Ecuador y Venezuela. Calderón respaldó la presencia militar norteamericana en Colombia. Uribe pondrá sobre la mesa tres temas en la cumbre de Bariloche: el tráfico ilegal de armas, el armamentismo en la región y el terrorismo. En un comunicado, dejó claro que la reunión "no implica condición para el acuerdo entre Colombia y EE UU".

Algunos prevén que Quito y Caracas llevarán bajo el brazo la entrevista con el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Alfonso Cano que ayer publicaba la revista Cambio. "No he entregado dinero a gobiernos u organizaciones de otros países", afirma. Acusaciones en este sentido y por tráfico de armas son otra causa de las malas relaciones de Colombia con Venezuela y Ecuador.

Álvaro Uribe, durante un reciente acto público en Bogotá.
Álvaro Uribe, durante un reciente acto público en Bogotá.REUTERS

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