El embarazo multiplica el riesgo de muerte por la nueva gripe
Los expertos aconsejan la toma de antivirales al notar el primer síntoma
Entre un 8% y un 13% de las muertes por la nueva gripe son embarazadas. Muchas más de las que, proporcionalmente, fallecen por la gripe estacional: un 1%. Son datos de un estudio que publica The Lancet, realizado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), que además indica que entre las gestantes hay cuatro veces más ingresos hospitalarios que entre el resto de la población.
Entre el 15 de abril y mayo de 2009, el periodo analizado por el estudio, se registraron en Estados Unidos 34 embarazadas con la gripe A. Seis de ellas murieron porque acabaron desarrollando una neumonía. La mitad tenían entre 20 y 33 años y estaban completamente sanas antes de la gripe. La otra mitad padecía alguna otra patología u obesidad. Todas, menos una, estaban en el tercer trimestre de gestación. En estos casos se pudo salvar al bebé por cesárea. La única joven que falleció con 11 semanas de embarazo no pudo salvar el feto.
Entre el 8% y el 13% de los fallecidos por la gripe son mujeres gestantes
Un punto común es que todas empezaron a tomar antivirales cuando ya era demasiado tarde. Por eso el mismo estudio recomienda que la medicación -oseltamivir, preferentemente, y ralenza- se debe empezar a tomar durante los dos primeros días de aparición de los síntomas. El CDC reconoce que faltan estudios sobre el uso del medicamento durante el embarazo. No se conoce que cause daños, porque en los casos en los que se ha utilizado no se han detectado problemas, pero tampoco se puede asegurar su inocuidad. Por eso, teniendo en cuenta la agresividad del virus, los investigadores valoran que "el beneficio del tratamiento es mayor que los riesgos potenciales para el feto".
En España, una de las seis víctimas mortales por la enfermedad, Dalila, estaba embarazada. Encaja perfectamente con la casuística mayoritaria que recoge el CDC: era joven (20 años), estaba en su tercer trimestre de gestación, estaba sana (aunque según la Consejería de Sanidad tenía antecedentes de asma) y no se la medicó en las primeras 48 horas de padecer los síntomas (acudió tres veces a urgencias hasta que recibió tratamiento). La primera muerte en Europa por el virus fue una mujer escocesa que falleció poco después de dar a luz.
El estudio también revela que, además, entre las gestantes el virus es más agresivo y hay cuatro veces más ingresos hospitalarios que entre la población normal. "Las embarazadas son población de riesgo porque su propio estado supone una inmunodepresión parcial para no rechazar al feto", explica Rafael Cantón, jefe del servicio de microbiología del hospital Ramón y Cajal de Madrid. Eso hace que, en general, la mujer embarazada sea más sensible a las infecciones. Para Manuel Bouza, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de servicio de Microbiología del hospital Ramón y Cajal, esta mayor mortalidad por gripe A entre gestantes debe contextualizarse: "Sabemos que afecta a un rango de población más joven en el que, lógicamente, se encuentran más mujeres en edad gestacional. Eso no ocurre con la gripe estacional, que afecta más a ancianos y a niños".
En cuanto a las medidas preventivas, el CDC insiste en que la vacunación debe ser prioritaria en mujeres embarazadas. Bouza añade la necesidad de extremar las mismas medidas para esquivar al virus que se aconsejan a la población general como, por ejemplo, evitar el contacto con personas enfermas, no acudir a grandes aglomeraciones o lavarse con frecuencia las manos.
El estudio del CDC también aporta datos sobre la incidencia en gestantes de las pandemias de gripe de 1918 y de 1957. Salvando las distancias, y teniendo en cuenta la precariedad de los medios de la época, también fue el colectivo más afectado. Entre 1.350 embarazadas con gripe registradas en 1918, el 50% desarrolló neumonía y de éstas la mitad murió. En 1957, la mitad de las mujeres en edad reproductiva que murieron en Minnesota por gripe esperaban un hijo.
Un hombre de 34 años, séptima víctima mortal en España
El virus de la nueva gripe se cobró ayer una nueva víctima mortal en España, la séptima en un mes. El fallecido es un hombre de 34 años, ingresado en la unidad de reanimación del Hospital General de Villarrobledo de Albacete desde el pasado 12 de julio. Padecía una enfermedad previa grave que, por petición de sus familiares, no se hizo pública. Según el consejero de Salud y Bienestar Social, Fernando Lamata, falleció a causa de "una inestabilidad hemodinámica severa y una asistolia refractaria a la rehabilitación cardiopulmonar".
Su nombre se suma al de otras seis personas que no han resistido la virulencia del virus, tres de ellas, inmigrantes y jóvenes. La primera víctima fue Dalila, una marroquí embarazada. Falleció tras una cesárea para salvar a su bebé que, días más tarde, también murió por una negligencia sanitaria. Le siguió en Palma de Mallorca una mujer nigeriana de 33 años, que no padecía ninguna enfermedad. En Alicante murió un argelino de 45 años que, además, tenía problemas renales y estaba en diálisis.
Otras tres víctimas son varones de 41, 53 y 71 años, todos ellos afectados por patologías previas que les hacían más vulnerables. En España se estima que hay ya 1.538 personas contagiadas, según el último recuento, de la semana pasada.
La gripe tiene en jaque a autoridades sanitarias y gobiernos, que se han movilizado para frenar los contagios. Hoy mismo, el presidente del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunirá con la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, y representantes del Comité Científico de la Gripe A para tratar la evolución de la pandemia.
El ministerio también presenta una guía de recomendaciones para enfrentar la gripe A en el puesto de trabajo, consensuada con la patronal y los sindicatos. Gobierno y comunidades autónomas están identificando los grupos de riesgo que recibirán la vacuna, que se prevé que esté lista hacia diciembre.
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