El viudo y el bebé de Rebeca vuelven a Rumania

El reciente error que causó la muerte del niño Ryan ha rememorado angustiosos recuerdos a los familiares de Rebeca A. S. que viven en Coslada (Madrid). Cuando el pasado 13 de julio vieron por televisión al gerente del Gregorio Marañón, Antonio Barba, dando cuenta del "terrorífico error" que había originado la fulminante muerte de Ryan, no daban crédito.

"Ese hospital, uff, malo", señaló a este periódico la semana pasada una pariente de Rebeca. En un barrio marginal de Coslada viven aún familiares de Rebeca y su marido. Pero se negaron a hablar de lo ocurrido.

Sólo comentaron que el marido regresó hace unos meses a Rumania con su bebé. Tampoco quisieron especificar el importe de la indemnización que recibió el padre de la compañía aseguradora del hospital Gregorio Marañón. "No tenemos nada que decir, nada", espetaron unos y otros, con tono firme.

Fuentes del hospital recuerdan que, tras la fatídica negligencia, durante varios meses el viudo se pasaba periódicamente por el Gregorio Marañón "para pedir pañales y leche para su bebé", que el centro le facilitaba sin ponerle pegas. "El error había sido terrible y, lógicamente, mientras se negociaba la indemnización, cualquier cosa que pedía el padre se le daba".

Fuentes oficiales del hospital madrileño reconocen que el de Rebeca es uno de los lamentables errores que a veces se producen en centros sanitarios, pero destacan que el Gregirio Marañón es un "magnífico hospital" con unos resultados asistenciales muy positivos. Señalan que el Consejo General de Enfermería ha indicado que en los últimos nueve años se han registrado en España "1.422 siniestros [negligencias con muertes] en los que se han visto implicados sanitarios".