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Reportaje:danza

Royal Ballet, seducción cubana

El 'efecto Obama' llega a la música: La Habana disfruta ya de la magia de la compañía londinense, antes de la visita, en octubre, de la Filarmónica de Nueva York

Las tablas cubanas están de fiesta... El Royal Ballet de Londres, con 96 bailarines y 50 técnicos y músicos, ha desembarcado en La Habana, donde el gusto por la danza y el ballet clásico está inculcado hasta en los barrios obreros. No es casualidad que uno de los responsables del viaje de la compañía británica a Cuba sea Carlos Acosta, un bailarín superdotado, nacido en una barriada humilde de la capital, que desde hace años es figura invitada del Royal Ballet. Las presentaciones de la compañía coinciden con los preparativos del viaje a la isla de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, otro gran acontecimiento cultural, previsto para octubre.

La Filarmónica, que en el pasado se ha presentado en Corea del Norte y otros países con tensas relaciones con Washington, ha obtenido la bendición de la Administración de Obama para viajar a la isla, un requisito imprescindible por las leyes del embargo, vigente desde hace casi medio siglo.

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La primera de las presentaciones del Royal Ballet de Londres, el martes pasado en el Gran Teatro de La Habana, fue apoteósica. En presencia de la directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, la compañía ofreció un programa variado con piezas clásicas y otras de corte contemporáneo. Chroma, One month in the country, Voices of spring, Romeo y Julieta, Farewell, Thaïs o El corsario fueron escogidas por la directora del Royal Ballet, Mónica Mason, para la primera función en la sala García Lorca, abarrotada y con un público entregado.

El británico Edward Watson abrió la noche de estrellas interpretando Chroma, secundado por otras primeras figuras, como la española Tamara Rojo, la estadounidense Sarah Lamb y el italiano Federico Bonelli, en una coreografía de Wayne McGregor. Según la crítica especializada, todos brillaron en escena: Mara Galeazzi y Thiago Soares, en Farewell; Roberta Márquez y Watson (Romeo y Julieta); Leanne Benjamín y David Makhateli (Thaïs), pero fueron Acosta y Rojo, en El corsario, sobre el original de Marius Petipa, quienes "se robaron el espectáculo". Rojo y Acosta bailarán el viernes Manon, de Kenneth MacMillan, en el teatro Carlos Marx de la capital cubana.

Ayer, en el Gran Teatro de La Habana se rindió homenaje a Alicia Alonso en un programa variado que incluyó Tema y variaciones, Les Lutins, los pas de deux de El corsario, Giselle (segundo acto), Don Quijote (tercer acto) y del tercer acto de El lago de los cisnes, además de Chroma y Un mes en el campo, interpretados por primeros bailarines del Royal Ballet y el Ballet Nacional de Cuba. Una coincidencia: precisamente el 15 de julio, pero de 1946, Alicia Alonso bailó Giselle en Londres, cuando formaba parte del American Ballet Theater.

Debido a la gran expectativa creada por las presentaciones del Royal Ballet, las funciones de ayer y de hoy pudieron ser vistas por el público que se quedó sin entradas en una pantalla gigante colocada frente al Capitolio, sede de la Academia de Ciencias.

"Sé que la danza es esencial para la cultura cubana", dijo Mónica Mason a su llegada a Cuba. "La danza vibra en el corazón del pueblo, algo que deben reconocerle a Alicia Alonso por la contribución que ella ha hecho en esta isla a lo largo de tantos años", afirmó tras agradecer al Ministerio de Cultura la invitación para viajar a Cuba. También quiso tener palabras de reconocimiento para Carlos Acosta, "a quien siempre escuché hablar mucho de Cuba, donde al fin estamos", dijo Mason. Días antes de la llegada a la isla de la compañía británica visitó La Habana el presidente de la Filarmónica de Nueva York, Zarin Mehta, y otros responsables de la orquesta con el objetivo de estudiar las salas de concierto y otras cuestiones logísticas, para su presentación en la isla. La idea es que la Filarmónica esté en la capital cubana el 31 de octubre y el 1 de noviembre para ofrecer un concierto único y reunirse con músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba.

Según dijo Mehta antes de llegar a Cuba, el viaje se producirá días después de una gira asiática de la Filarmónica, que la llevará a Vietnam e incluirá dos conciertos. En principio, en ambas giras la orquesta estará dirigida por Alan Gilbert. La decisión de la Filarmónica de realizar el viaje a Cuba se produce después de que la Administración de Barack Obama flexibilizara algunas restricciones contra Cuba, como las limitaciones de viajes a los cubanoamericanos y el envío de remesas a la isla. Según Mehta, se ha informado de la visita a Cuba a la oficina del vicepresidente, Joe Biden, y desde el Ejecutivo se ha considerado que "es un proyecto precioso" y que "se debería realizar".

Erik Underwood y Laura Morera, del Royal Ballet de Londres, el martes durante su actuación en el Gran Teatro de La Habana.
Erik Underwood y Laura Morera, del Royal Ballet de Londres, el martes durante su actuación en el Gran Teatro de La Habana.REUTERS
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