Álava desarrolla un plan propio de energías renovables

En plena polémica sobre el futuro de la central nuclear de Garoña y después de que el Parlamento acabe de reclamar la paralización del Plan Territorial Sectorial (PTS) de energía eólica, la Diputación de Álava presentó ayer su Plan Mugarri, con el que quiere conseguir a medio plazo que el 35% de la energía que consume el territorio proceda de fuentes renovables. "Buscamos trabajar a favor de la conservación del medio ambiente desde la planificación energética", resumió el diputado general, Xabier Agirre, las líneas marca esta estrategia para la promoción y desarrollo de las energías renovables durante la próxima década.

La iniciativa llega al día siguiente de que el titular de Industria, Bernabé Unda, asumiese en la Cámara la necesidad de redactar un nuevo PTS sobre la energía eólica y se comprometiera a presentar en tres meses las bases de una propuesta para la que quiere recabar el mayor consenso posible. En esa línea está trabajando el viceconsejero de Tecnología y Desarrollo Industrial, Xabier Garmendia, viejo conocido de los movimientos ecologístas.

El proyecto quiere triplicar la energía eólica generada en el horizonte de 2020

Han sido precisamente las críticas de las organizaciones verdes y las del diputado de Medio Ambiente alavés, Xabier Mintegi, de EA, las que han motivado la paralización del plan de parques eólicos diseñado por el anterior Ejecutivo. La principal razón es la intervención incontrolada que realizaba en zonas protegidas. En este sentido, el plan que presentaron ayer Agirre y Mintegi parte del principio de compatibilizar la preservación del medio ambiente con la producción energética, habla de planificación energética en plural (no sólo de la eólica) y busca adaptarse al territorio y a su tipología.

Así, esta estrategia declara un 60% del territorio alavés "zona de exclusión de implantación de parques eólicos y huertos solares" y propone emplazarlos en espacios ya usados por el hombre. Apuesta por emplazar los aerogeneradores en zonas de menor impacto ambiental, por ejemplo a media ladera, aunque el rendimiento energético resulte menor. También aboga por potenciar los parques eólicos que ya existen, renovando las instalaciones por otras de mayor potencia, en el caso de Elgea-Urkilla, o aumentando la instalación de molinos de viento en sierras ya afectadas, como Badana.

Las directrices del plan aspiran a más que triplicar tanto la generación de energía eólica (de los 78,6 megawatios actuales a 259 en 2020), como la de origen fotovoltaico (de 4,7 Mw a 15), al mismo tiempo que se impulsan la energía geotérmicas para aclimatar edificios públicos y la proveniente de la biomasa para la instalación de redes de calefacción doméstica.

Mintegi destacó que el plan tiene "el don de la oportunidad" al llegar en pleno debate energético abierto en España a cuenta de la nuclear burgalesa. "Este plan es una apuesta por la innovación, por tecnologías modernas que sustituyan de una vez fuentes de energía caducas, por una actualización y modernización de los esquemas en esta materia", apuntó en referencia a la sintonía que mantiene el plan con directrices similares que se han puesto en marcha en el resto de Europa y en otras autonomías españolas.

El proyecto presenta 13 líneas de actuación y 32 acciones y prevé una inversión de 12 millones de euros para el quinquenio 2010-2014.