Saiz atribuye a "resistencias al cambio" las denuncias contra él

El problema "interno" que atenaza al director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, es "coyuntural y acotado" y se debe a las "resistencias al cambio" que ha introducido en el centro en los últimos cinco años. Éste es el núcleo central de la justificación que Saiz ofreció ayer en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para explicar las denuncias que desde dentro se vierten contra él. La mayor parte de las mismas se refieren a supuesta utilización de dinero público para gastos privados, aunque también a haber colocado en el centro a familiares y amigos. Negó que jamás haya utilizado dinero público para sus gastos privados, aseguró que el CNI trabaja a pleno rendimiento y con gran eficacia y reconoció que hay un problema "de estructura endogámica", que él ha tratado de romper.

Dos cargos dimitieron al "no compartir" la política antiterrorista

Durante tres horas Saiz dio explicaciones, a puerta cerrada, que no convencieron a la portavoz del PP, Soraya Saénz de Santamaría -que pedirá su comparecencia en la Comisión de Defensa, con luz y taquígrafos-, pero dejaron razonablemente satisfechos al resto de portavoces, si bien nadie "pone la mano en el fuego por nadie", según recalcó uno de los asistentes a esta sesión secreta, en la misma línea que los demás consultados por este periódico.

De la intervención de Saiz se desprende su certeza de que quienes le denuncian forman parte de un pequeño núcleo que pensaba que él no iba a ser confirmado en el cargo, para otros cinco años más. Negó tajantemente haber utilizado a personal del centro para servicios de carácter privado, sin citar expresamente la limpieza de su piscina como señala otra denuncia. Bajo custodia de la comisión ha quedado un grueso paquete de facturas que Saiz dejó para contrarrestar cada denuncia sobre el pago a cargo del erario público de sus viajes privados, normalmente, para practicar la pesca en países lejanos.

La reunión terminó poco antes de que empezara el pleno del Congreso, por lo que ningún portavoz ha utilizado aún el procedimiento aprobado para revisar las facturas. Los portavoces autorizados podrán tener acceso a las facturas en una sala habilitada por el Congreso y acompañado por un letrado de la Cámara Baja. No podrán hacer copia de las mismas.Los interlocutores consultados señalan que la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría se basó su intervención en las denuncias que ha publicado el diario El Mundo, en tanto que el resto mostraron su preocupación por el funcionamiento del centro dada la situación de evidente conflicto interno. Éste fue el hilo conductor de Josep Antoni Duran Lleida (CiU); Josu Erkoreka (PNV); Gaspar Llamazares (ERC-IU-ICV) y Francisco Jorquera (BNG). Precisamente el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, destacó sobre todo el énfasis de Saiz sobre el trabajo eficaz del servicio de inteligencia en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.

- Facturas. Saiz presentó facturas sobre los viajes, reformas de su casa y compra de electrodomésticos. Ironizó sobre la denuncia de que ha comprado a un familiar cosechas de patatas para el centro. Ni siquiera lo negó sino que hizo caricatura sobre el asunto, así como de la acusación de haber comprado con dinero público una televisión de una marca de alta gama. No tiene esa televisión, aseguró.

- Contratación de familiares. Ni confirmó ni desmintió haber colocado en el centro a familiares y amigos, amparándose en que la identidad del personal del CNI por ley se mantiene en secreto. Pero sí exhibió el rigor de los controles para entrar a trabajar en el centro, desde que está al frente del mismo, en comparación con etapas anteriores. Explicó que deben someterse a tres exámenes para entrar y a cinco años de prueba antes de ser fijo. Los asistentes a la reunión dedujeron que es muy probable que esas personas relacionadas con él trabajen en el CNI pero sometidos a estos controles.

- Polígrafo. En la misma línea que en la respuesta anterior, no reconoció que haya sometido a la prueba del polígrafo a personal del centro para detectar a los disidentes, sino que aseguró que todo el personal del CNI sabe que puede ser sometido a esa prueba en cualquier momento. Esa especie de máquina de la verdad se adquirió en 2002.

- Dimisión agentes. El director del CNI reconoció que habían dimitido tres agentes antiterroristas, pero que no pertenecían a la cúpula de ese servicio. Dos de ellos le dijeron que no compartían la política antiterrorista "del Gobierno" por lo que Saiz contó a los portavoces que tras esa declaración no intentó "retenerlos".