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África se abre poco a poco a los transgénicos

El continente explora también técnicas convencionales

Uganda, Malí, Kenia, Camerún, Malawi, Ghana, Namibia, Zimbabue han regulado la producción de transgénicos. Egipto, Burkina Fasso y Suráfrica ya comercializan los productos. Si algo positivo surgió de la crisis de los alimentos fue la aceptación de la necesidad de una revolución agraria en África tras dos décadas de marginación de la agricultura pese a ser el sostén del 70% de su población. Si unos presentan los cultivos genéticamente modificados (GM) como la solución para aumentar la productividad, otros los denostan como un intento de las grandes multinacionales para hacerse con el mercado.

El debate sobre los GM, como el nuclear, está polarizado. "Más población, productividad estancada y cambio climático van a dificultar que África solucione la pobreza, el hambre y la nutrición", explicó Mark Rosegrant, director de la división de producción del Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias (IFPRI) en un congreso sobre los beneficios de los GM celebrado en Uganda el pasado mes. "Los GM permiten mayor productividad y pueden ser fundamentales en el cambio climático, con cultivos resistentes a la sequía". Rosegrant opina que se beneficiarán los grandes agricultores, pero también el propietario de no más de dos hectáreas.

Rosegrant dice que la solución también consiste en mejorar las infraestructuras, acceso a los mercados y a los créditos. Algo que el presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD), Kanayo Nwanze, refrenda. Además, aporta una cifra terrible: el 40% de la producción hortícola del continente se pierde por falta de almacenamiento, falta de acceso a los mercados y precios inestables. Algo a corregir primero.

Explorar otras técnicas

"Los GM no son la solución a todo, tenemos que explorar las técnicas convencionales disponibles y mejorar las infraestructuras. Sólo el 5% de las tierras de cultivo están irrigadas", explica Nwanze, que considera que la adecuación de los GM dependerá del producto y del país, "y pueden ser la última solución a un problema; por ejemplo, se habla de hacer productos resistentes a la sequía, pero ya disponemos de ellos, como el sorgo".

Uno de los productos más mencionados es el maíz resistente a la sequía, que podría tener gran impacto en el sur del continente. El proyecto WEMA (Water Efficient Maize for Africa) podría dar resultados en 2014. Una asociación pública y privada en la que la corporación Monsanto cede germoplasma y genes tolerantes a la sequía desarrollados conjuntamente con BASF, con fondos de la fundación Bill y Melinda Gates entre otros, pretende hacer las semillas accesibles y libres de patentes. "Los pequeños agricultores son los que más se pueden beneficiar, el cambio climático va a traer más sequía y de continuar las prácticas agrícolas actuales en 2025 habrá una falta de grano de 88,7 millones de toneladas", explica Jennifer Thomson, científica surafricana ligada a la African Agricultural Technology Foundation, parte de WEMA.

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