Nissan acelera el ajuste con un ERE para despedir a otras 581 personas

El tiempo se acaba para Nissan y como los trabajadores no han acogido con el entusiasmo que la dirección esperaba las medidas no traumáticas (varios planes de bajas incentivadas, además de prejubilaciones) que ha ido pactando con los sindicatos para prescindir de 1.580 trabajadores -inicialmente, el excedente era de 1.680 personas, pero empleará a 100 en otras tareas del grupo-, ha decidido subir una marcha la negociación del ajuste. La dirección de Nissan presentó ayer un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a 581 trabajadores de la Zona Franca de Barcelona.

Pese a tratarse de una media esperada, los sindicatos se mantuvieron en su papel. El comité de empresa acusó a la dirección de romper unilateralmente el diálogo, expresó su rechazo al ERE y anunció que volverá a convocar movilizaciones para lograr que el ajuste que plantea la compañía se lleve a cabo sin despidos forzosos.

Pero la negociación va a seguir, sólo que en otro formato y con el expediente como espada de Damocles. Este viernes se llevará a cabo una primera reunión. La dirección la multinacional japonesa quiere que se reduzca "al máximo" la cifra de despidos, por lo que ha decidido mantener abiertas las medidas anteriores (véase EL PAÍS del pasado lunes) y ha añadido otra: que 150 trabajadores puedan abandonar la empresa y que puedan optar a reincorporarse en 2013 siempre que haya carga de trabajo.

Los sindicatos también advirtieron de que la cifra de despidos determinada es "ficticia" porque Nissan ha descontado las plazas ofertadas en todas las medidas anteriores y que no se están cubriendo, por lo que el número de afectados por el ERE podría ser superior. Pero la empresa y otras fuentes sindicales, confían en que en los próximos días, más trabajadores se irán apuntando a las distintas modalidades de bajas.

El ERE de Nissan se suma a la retahíla de expedientes que en los últimos meses han ido presentando las empresas que suministran piezas para los fabricantes de automóviles (véase el cuadro), aunque en muchos casos se trata, de momento, de suspensiones temporales de empleo, a la espera de que el consumo se anime y la banca abra el grifo del crédito.