Los jubilados españoles rozan el 'riesgo de pobreza'
Sólo Chipre registra en la UE una situación más desigual
El indicador de pobreza, tal y como lo mide la Unión Europea, alcanza en España al 20% de la población, pero entre los jubilados llega al 31%, lo que sitúa al país en el peor nivel, sólo superado por Chipre. "Si este riesgo de pobreza entre los mayores se utilizase como indicador de la eficacia del sistema de pensiones, habría que decir que el español es de los más ineficaces", se lee en la última Encuesta sobre personas mayores, 2008, que ayer presentó la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez. Pero el Gobierno destacó el incremento que han experimentado las pensiones mínimas en los últimos años. Se calcula que a finales de 2009 se llegará a más de 8,5 millones de pensiones contributivas, un millón más desde hace una década.
El contacto con la familia amortigua la soledad de los ancianos
La pensión media es de 749 euros y las que más se han elevado han sido las mínimas de viudedad con cargas familiares (60% de subida). La feminización de la pobreza tiene en este colectivo, los mayores, un dato relevante: el 31% de riesgo de pobreza general se eleva entre las mujeres al 33%. Y si se trata de personas que viven solas la tasa de pobreza es un 33% entre los hombres y de un 52% en mujeres. Buena parte de la culpa de todo ello la tiene el bajo nivel de estudios característico en esta población. Sin embargo, los mayores españoles son optimistas, a pesar de sus condiciones económicas, que a un 31% le impide ir de vacaciones, o de tener que encargarse de sus nietos (un 72% lo hace o lo ha hecho con anterioridad), a veces varios días a la semana. No son infelices porque en España el contacto con los hijos es todavía muy alto, propio del arco mediterráneo, lo que amortigua la soledad, depresión, ansiedad y aburrimiento que abate a algunos ancianos.
A sus vidas va llegando Internet, aunque tímidamente. Los que no lo usan nunca son todavía un 33% en España, frente a un 17% de media en la UE. Dicen utilizarlo a diario un 1,8% de los encuestados (la media de la UE es de un 4,5%).
La salud es la máxima preocupación de un colectivo que valora como ningún otro el sistema sanitario público, y su independencia. Prefieren estar en sus casas siempre que sea posible, según este estudio. Ésa es la razón de que se hayan incrementado servicios como la teleasistencia (la utilizan 395.917 usuarios, un 280% más que en 2002), la ayuda a domicilio (que ha aumentado un 82% en el número de beneficiarios) o las plazas en centros de día que han experimentado un incremento de un 238%. También las plazas en residencias geriátricas han pasado de 239.761 en 2002 a las 329.300 actuales. La Ley de Dependencia ha sido la responsable de este estirón en los últimos años. Pero no se sabe cuántos están en lista de espera para recibir alguno de estos servicios. Un 4,5% de los mayores de 65 años tienen plaza en una residencia y la mayoría de ellos, el 62%, supera los 80 años.
Tampoco puede decirse que todos los mayores sean dependientes, aunque es la población mayoritaria entre los discapacitados, según dijo la ministra. Un 68% no necesita ayuda para sus actividades esenciales, y cuando la necesitan es para el transporte (20%) e ir al médico (19%).
Pero sí sufren más que otros los accidentes domésticos (el 61,7% de sus accidentes son en casa o en las escaleras). Prevenir la soledad, destacó la presidenta del Imserso, Pilar Rodríguez, con actividades de ocio, mejorando la higiene, la alimentación, es básico para retardar su entrada en la dependencia.
El Gobierno elabora un Plan Integral de Promoción del Envejecimiento Activo y Saludable, "para hacerles recuperar un papel protagonista", dijo ayer Jiménez, "porque no son una carga, sino un logro en nuestra sociedad".
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