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Reportaje:

Vivir en Euskadi con poco dinero

La mala situación económica multiplica las ofertas de gastronomía, ropa y ocio a precios baratos - Muchos hosteleros aguzan el ingenio para atraer clientes

Desde la comida o la ropa a la satisfacción inmaterial que proporcionan el ocio y la cultura, prácticamente todo cuesta dinero. Los datos del INE confirman una impresión generalizada: Euskadi es una de las comunidades autónomas en la que es más caro el coste de la vida. Pese a ello, todavía quedan establecimientos que, ya sea por la propia filosofía de sus propietarios, ya sea para plantar cara a la crisis, ofrecen productos y servicios al alcance de casi cualquier bolsillo. Algunos de ellos, lo hacen, además, sin descuidar su calidad ni su responsabilidad social y medioambiental.

"Hemos bajado el precio a la mitad, pero no la calidad del género", recalca José Antonio Collado, gerente hasta el año pasado del popular restaurante La Ola, en el barrio getxotarra de Neguri y desde hace unos meses dueño del Sokoa, cerca de la estación de Abando, en Bilbao. Su negocio no termina de arrancar por culpa del deterioro económico.

"Hemos bajado el precio a la mitad, pero no la calidad del género"
Un ordenador con piezas recicladas cuesta unos 40 euros en Emaús

Como Collado, la crisis ha llevado a numerosos hosteleros a agudizar el ingenio para atraer a unos clientes que cada vez se piensan más dónde ir a la hora de comer o beber fuera de sus casas. El camino se abrió en Vitoria, donde decenas de hosteleros se unieron ya en 2007 para crear una Ruta del Crianza con ofertas semanales como una caña y un pincho por un euro. Establecimientos de Bilbao y San Sebastián se han sumado a esta corriente en los últimos meses. "Aportamos nuestro granito de arena, porque, si no, la gente se quedaría en casa viendo el fútbol. Mejor que salgan, aunque hagan poco gasto", señala Álvaro Manso, propietario de Casa Vergara, en la capital guipuzcoana. Este negocio, uno de los más conocidos de la ciudad por su alta cocina en miniatura redujo sus precios a la mitad el pasado otoño. Desde entonces, su dueño trabaja "el triple", pero los clientes se han mantenido y los beneficios también.

En cuanto a la ropa, en outlets o mercadillos pueden encontrarse oportunidades de mejor o peor factura. En opinión de Cristina Larrayoz, directora comercial de la red Koopera, "cada vez más clientes" se preguntan por las condiciones en que han sido fabricadas las prendas que algunas tiendas venden a precios muy elevados. Koopera, especializada en ropa reciclada y en la que participan las ONG Rezikleta, Berohi, Cáritas y Ekiber, tiene abiertos una decena de establecimientos en Vizcaya, repartidos entre Bilbao, Ermua, Durango, Galdakao y Getxo, donde es posible encontrar una camisa desde cuatro euros, unos pantalones desde siete u ocho o un traje por veinte.

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"No es sólo ropa barata. Ekorropa ofrece una moda solidaria y ecológica. Creamos empleo y evitamos el consumo energético de confeccionar una nueva prenda", señala Larrayoz, antes de aclarar que sus productos no son exactamente de segunda mano, ya que todo es tratado y reparado. Desde hace unos meses, la red también vende en su tienda central de Bilbao electrodomésticos reutilizados o "con pequeñas taras": una nevera con garantía por 450 euros, por ejemplo.

En Guipúzcoa, la Fundación Emaús vende en sus tiendas de San Sebastián, Irún y Tolosa ropa, menaje y muebles de segunda mano. Emaús desarrolla además un proyecto destinado a la recogida y reutilización de aparatos electrónicos subvencionado por la Diputación guipuzcoana. "Comprando las piezas por separado y montándolas puedes tener un ordenador por unos 40 euros", destaca Olatz Pradini, portavoz de la fundación.

La segunda mano no es coto exclusivo de las organizaciones sociales. La cadena Cash Converters, especializada en la compraventa de productos usados con garantía, lleva 12 años instalada en Euskadi, con una tienda en San Sebastián y otra en Bilbao. Tras el verano prevé abrir otra más en Vitoria. "La crisis no viene bien a nadie, pero en los últimos meses estamos viendo gente nueva", destaca Javier Amezúa, gerente de la cadena en la capital vizcaína.

El cultural es el sector de consumo donde es más fácil encontrar gratuidad absoluta. Gratis son, por ejemplo, las representaciones del aula de teatro de la UPV o a los pases del cineclub que organiza la asociación de gays y lesbianas Hegoak. Los museos de titularidad pública suelen ser gratis al menos un día a la semana (el Bellas Artes de Bilbao, por ejemplo, los miércoles). El Artium ha dejado el precio de su entrada a la voluntad del visitante, mientras que el nuevo Bibat es, por ahora, completamente gratis.

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