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Reportaje:62ª edición del festival de Cannes

La resurrección según Terry Gilliam

El director 'revive' al fallecido Heath Ledger y recupera su proyecto del 'Quijote'

Jesús Ruiz Mantilla

No es que Terry Gilliam tenga misteriosos dones o una especial conexión con el más allá. Simplemente, este director es cabezota, tenaz y de difícil arredro. Si el viento que destrozó el decorado de su Quijote no le quitó de la cabeza la idea de dar vida al ingenioso hidalgo, tampoco el suicidio de Heath Ledger mientras rodaba El imaginario del doctor Parnassus ha impedido que Gilliam concluya su película. Así ha sido, y ayer la presentó en la sección oficial del festival de Cannes en una emotiva proyección.

Era día ayer de homenaje, de recuerdo para el último maldito de Hollywood. Ledger fue un actor diferente y arriesgado. Capaz de traslucir ternura y fragilidad en la piel de un introvertido vaquero homosexual -como hizo en Brokeback mountain-, de aterrar con el siniestro payaso de Joker o de impactar ahora, junto a Gilliam, con un papel inquietantemente premonitorio.

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Cuando la figura de Ledger irrumpió ayer en la pantalla de la sala Lumière, se produjo un extraño silencio. Una sombra en movimiento quedaba reflejada sobre el río Támesis. Se balanceaba y era difícil de captar para sus rescatadores. El dibujo de un cuerpo bailaba sobre el agua. Un hombre con traje blanco colgaba de una cuerda bajo el puente...

La ficción lo puede todo, y los titiriteros del doctor Parnassus, esta vez, le salvan para continuar viaje. A nadie se le pasó por la cabeza eliminar aquella secuencia. Ni un guión en el que se habla de morir joven, de aprovechar cada minuto. También de la conquista de la eternidad a través de la imaginación: "No hemos cortado ni una línea. Ésta era la película que Heath quería hacer, y así la hemos terminado", aseguró ayer Gilliam en Cannes.

Cuando se produjo la tragedia, al director y al equipo -entre los que destacan también Tom Waits y Christopher Plummer- se les vino el mundo encima. "Pero siempre confiamos en que acabaríamos la película", relató Gilliam. "Me fui a hablar con su familia en Los Ángeles y decidimos que era el mejor homenaje que le podíamos hacer. Nos empeñamos en que su última aparición resultase digna y quedara bien".

Con la familia Ledger al lado, faltaba convencer a más gente. Productores, distribuidores, al negocio. Samuel Hadida, productor, dio la talla. Acompañó ayer al director a Cannes, lo mismo que la hija de Gilliam, Amy, y los actores Verne Troyer, Lily Cole y Andrew Garfield. Pronto se hizo notar la ausencia en el rodaje. Pero se las arreglaron para que aquello fuese un revulsivo. "Fue un golpe, Heath contagiaba, se volvía loco con su trabajo. Todos tratamos de llenar su vacío, fue una experiencia extraña, rara, pero nos contagiamos", aseguraba Lily Cole. "Era valiente y tierno", añadió Garfield.

De no haber sido por aquella desgracia, probablemente El imaginario del doctor Parnassus hubiese sido una película más de Gilliam. Con su juego entre lo real y lo imaginario, con sus frikies, con sus sabios buenos y sus demonios interiores y exteriores, con sus barreras entre la apariencia y la locura y sus personajes fantasiosos. Pero resulta que este Doctor Parnassus ha llegado para agrandar el mito, para reafirmar la leyenda.

Poco importa ya incluso que el personaje de Ledger, que luce un perfecto acento británico en su aparición, estuviera inspirado en Tony Blair, como contaba ayer Gilliam. Quisieron crear un tipo poderoso, pero que desconoce su identidad y ha sido perseguido por extraños enemigos antes de ser rescatado por la troupe de Parnassus. "Es cierto que me fijé en él para este personaje. Por cierto, nuestro mediador en Oriente Próximo, el que está haciendo un excelente trabajo allí. Mientras bombardeaban Gaza, daba palmadas en el pecho a Bush. Bien hecho, Tony, estupendo", comentaba sin poder evitar el sarcasmo.

También anunció Gilliam otras cosas. No contento con que se le torciera la película presentada ayer, el autor de Brazil y Doce monos aseguró que vuelve a poner en marcha su proyecto de Quijote. Con ganas y también consciente de que es la única manera de vencer a los molinos de viento, los que le destrozaron en un temporal sus decorados, los espíritus encantados que se las empeñaron para que Jean Rochefort -el protagonista junto a Johnny Depp- sufriera un ataque de ciática tal que le impidió cabalgar. Es, a fin de cuentas, el ADN del personaje, la sangre del antihéroe más glorioso de la historia literaria. Desfacer entuertos y amedrentar malandrines. "Hemos reescrito el guión y ha sido aprobado por todos. Empezamos a rodar la próxima primavera", anunció Gilliam.

Terry Gilliam persigue en Cannes a Verne Troyer, uno de los actores de su película, <i>El imaginario del doctor Parnassus. </i>
Terry Gilliam persigue en Cannes a Verne Troyer, uno de los actores de su película, El imaginario del doctor Parnassus. AP

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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