Holanda juzga a cinco piratas apresados en el golfo de Adén

Cinco presuntos piratas somalíes, acompañados por sus abogados, comparecieron ayer ante los jueces de Rotterdam armados con un argumento común: "Son pobres y están desesperados". Ésas son las dos razones por las que, según sus letrados, atacaron barcos en el golfo de Adén. Aunque pudieran estimarse como razones poderosas, por llevar Somalia 20 años en guerra civil, estos argumentos no convencieron a la fiscalía. "No todos sus conciudadanos toman un arma y la emprenden como corsarios", advirtió Ward Ferdinandusse en nombre del ministerio público.

La vista era preliminar, pero reveló otro detalle significativo sobre este quinteto, que está acusado de intentar el asalto en enero pasado del mercante Samanyulo, con bandera de las Antillas holandesas. En aquella ocasión, cayeron al agua y fueron auxiliados por la marina danesa, que los entregó a Holanda. Pues bien, los mismos piratas que entonces cruzaron el Océano Índico con misiles antitanques y fusiles Kaláshnikov en su lancha, se reconocen ahora "encantados de comer bien y disponer de un inodoro". Según sus abogados, "por fin se sienten seguros y querrían permanecer en Holanda tras el juicio". Pero nadie quiere quedarse con ellos una vez cumplidas unas condenas que en Holanda pueden ser de entre nueve y 12 años.