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Las cicatrices de la tradición

Grandes autores y pequeños editores debaten en el Festival Hay de Granada

Elsa Fernández-Santos

La imagen es de postal: las vistas espectaculares de una sierra sobre la que no había nevado igual en medio siglo y el olor primaveral de los jazmines que llegan de los aristocráticos cármenes situados a las faldas de La Alhambra. Por eso, entre las largas conversaciones sobre todo lo que cabe en las páginas de cualquier libro, se cruzan las parejas de recién casados para hacerse la foto-pastel de turno. Es el Mapfre Hay Festival Alhambra, que arrancó el jueves en Granada con charlas, debates y recitales que quieren dar cuenta de lo que está pasando en la ficción, en el periodismo, en la poesía o en la edición. Y todo con la idílica postal de fondo.

Peter Florence, el inventor de todo esto, se paseaba ayer con un traje negro y una rosa blanca en la solapa. Mantuvo una conversación en el Teatro Municipal Isabel la Católica con el escritor indio Vikram Seth. Ante ellos una manada de adolescentes dispersos del Granada's College y un atento Enrique Morente, el cantaor granadino, siempre inquieto ante cualquier voz interesante. Y la de Seth (publicado en España por Anagrama) lo es.

El autor de Un buen partido habló de sus años de estudiante de economía en China, de su vida en la universidad estadounidense de Stanford y de cómo su literatura, a pesar de estar escrita en inglés y de alimentarse de influencias dispares como Bach, T. S. Eliot o el Oneguin de Pushkin, bebe directamente de las tradiciones indias. Su familia, dijo, es la raíz de su obra y la poesía "la mayor concentración emocional" que conoce. Seth llegó con una mochila enorme a sus pequeñas espaldas y un chaleco de lana demasiado abrigado para el calor andaluz, colocó una botella de vino debajo de su mesa y después de hablar de sus tres novelas publicadas y de su pintura ("llegué a ella través de la caligrafía china, el uso del pincel para escribir supuso una transición entre literatura y pintura") se sirvió una copa para luego brindar al público un recital de siete poesías inéditas. Poesías sobre la vida y sobre la muerte que fueron declamadas con tanto humor como dramatismo y que servirán como libreto para la ópera que ahora prepara. La tierra, el aire, la madera, el fuego, el metal, el agua y el espacio. La expresiva ingenuidad oriental ("Fuego, fuego, fuego / Deseo / Me quemo de deseo, / Fuego, fuego, fuego, / Ardiendo como gambas jambolaya / Ardo tanto, me cuezo en una olla..") en boca de un hombre criado en Oxford.

En el Hay de Granada se cruzan historias de siempre. Y el periodismo, ese irremplazable testigo, está especialmente vivo en sus jornadas. Desde el jueves dos mesas redondas han servido para recordar la caída (hace ahora veinte años) del muro de Berlín. "Esa cicatriz del pasado", como la llamó el periodista Miguel Ángel Aguilar, que nos ayuda a entender tantas heridas del presente. A su lado, un batallón de testigos y conocedores de la transformación de aquel mundo (Diego Carcedo, Francisco G. Basterra, Daniel Peral, José María Ridao...) que demostraron por qué el periodismo es un vehículo privilegiado para conocer la historia y los periodistas, esos forzosos testigos desapasionados, los que a veces mejor saben relatarla.

Hasta el domingo, último día del certamen, las jornadas discurren entre charlas de primera línea (Fernando Savater, Atiq Rahimi...) que siguen su curso en los parones para comer y cenar. Es entonces cuando el libanés Rabih Alammedine bromea sobre la "dura elección" de cualquier escritor de éxito: "Reconocimiento o dinero. El que quiere una cosa renuncia a la otra", dice mientras mueve sus manos de arriba abajo buscando el equilibrio de esa falsa balanza. "Cuando sube una, baja la otra", asegura.

Reconocimiento, pero sin ruina, como el de los editores "pequeños" reunidos en el grupo Contexto y que, ayer, en la Biblioteca y Filmoteca de Granada hablaron de cómo la edición en los márgenes puede ser una aventura única. Un grupo que reclama como garantía de supervivencia la excelencia. "La mejor edición se construye sobre un continuo ejercicio de memoria literaria: sin dejar de pertenecer al futuro, no podemos olvidar la tradición", proclaman los editores de Barataria, Nórdica, Impedimenta, Periférica, Libros del Asteroide, Sexto Piso y Global Rhythm. Reivindicaron su trabajo de rescate de joyas ocultas o desconocidas, su coherencia en el catálogo y su capacidad para actuar en la realidad de hoy aunque sea con libros de hace doscientos años.

El escritor indio Vikram Seth, ayer en Granada.
El escritor indio Vikram Seth, ayer en Granada.DANIEL MORDZINSKI
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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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