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El Ejecutivo pide paciencia para sus medidas económicas

Pablo Ximénez de Sandoval

Por primera vez, un Gobierno compareció en el Parlamento con la cifra de cuatro millones de parados sobre la mesa. La necesidad de matizar esa cifra angustiosa dominó ayer toda la sesión de control en el Senado, en la que tanto el presidente del Gobierno como su vicepresidente tercero aseguraron que sus medidas económicas empezarán pronto a aliviar la situación. Hasta entonces, José Luis Rodríguez Zapatero pidió a CiU, al PP y a los ciudadanos, "comprensión".

"A todos nos hubiera gustado que las medidas tuvieran eficacia inmediata", dijo Zapatero. Se decidieron en diciembre, se aprobaron con urgencia en enero, y "hay un proceso inevitable de tiempo para que esas medidas lleguen al tejido económico". "Debo solicitarle comprensión", reo solicitarle comprensión", respondió al portavoz de CiU, Jordi Vilajoana.

A pesar de la experiencia, el Gobierno volvió a comprometer pronósticos respecto a la economía. Las medidas "están llegando en este momento al tejido económico y vamos a notarlas", dijo Zapatero. "Comparto la impaciencia".

El vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, sentado en el escaño que corresponde a la vicepresidenta primera, aportó datos concretos del plan de inversión municipal (8.000 millones para obras condicionados a contratar a parados). Hasta el momento, dijo Chaves, se ha ocupado a 215.959 personas con este plan, y falta por ejecutar la mitad. Chaves auguró que "seguramente" se reflejará en las próximas estadísticas del paro.

"Lidere usted"

Zapatero, por su parte, reconoció que el plan de inversión municipal no va a reducir la cifra de parados en los próximos meses, pero sí logrará "una contención considerable".

"Una cosa es mirar al futuro con optimismo y otra cosa es vender ilusiones negando la realidad", respondió el portavoz del PP, Pío García-Escudero, a la petición de paciencia del Gobierno. "Lidere usted un gran consenso o hágase a un lado".

García-Escudero llevó al Senado el discurso de Mariano Rajoy, según el cual el Gobierno tiene tanto temor a perder apoyos que no se atreve a encarar reformas imprescindibles. El presidente del Gobierno estuvo de acuerdo con él en abrir dos debates: el de las fuentes energéticas y el de l la reforma laboral, retó al PP a decir qué quiere reformar. El límite está claro: "No vamos a aceptar abaratar el despido".

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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