Obama pide apoyo para presionar a Cuba
EE UU busca la ayuda de los líderes latinoamericanos para que La Habana responda con hechos a su oferta de diálogo - Washington crea un fondo para el desarrollo
Barack Obama restableció ayer la comunicación con el venezolano Hugo Chávez y le pidió, así como a otros líderes rivales y aliados de Estados Unidos en América Latina, ayuda para conseguir un diálogo fructífero con Cuba. El Gobierno estadounidense recordó que ese diálogo tiene como objetivo último la consecución de la democracia en la isla, pero advirtió que, en el camino, hay muchos asuntos, como emigración y narcotráfico, que pueden empezar a discutirse en un marco de normalización de las relaciones.
La histórica oferta de diálogo con Cuba es la parte principal del esfuerzo que Estados Unidos está haciendo en la V Cumbre de las Américas, que será clausurada hoy en Trinidad y Tobago, para generar una nueva relación con América Latina, una región donde la influencia norteamericana ha ido menguando de forma constante en los últimos años.
Obama insta a un mayor compromiso con la democracia en la isla
"La pelota está del lado de Cuba", asegura el portavoz de la Casa Blanca
Ese esfuerzo se vio ayer acompañado por una iniciativa para la cooperación económica, entendiendo, como explicó el principal asesor económico de la Casa Blanca, Larry Summers, que "la prosperidad debe de ser un terreno de interés compartido". Summers informó de que, aunque los líderes habían discutido más sobre lo que cada país puede hacer por remontar la crisis económica que sobre lo que Estados Unidos puede hacer por ellos, la Administración norteamericana destinará cerca de 140 millones de dólares (unos 108 millones de euros) para un nuevo fondo para el desarrollo.
Summers calificó el tono de las reuniones sostenidas hasta ahora como "civilizado" y "constructivo". Pero el Gobierno norteamericano no quiere quedarse en eso. Pretende extraer de aquí un nuevo modelo de cooperación y quiere que los líderes de la región sean más prácticos en la solución de los problemas actuales. "Los apretones de manos, los saludos y las sonrisas son importantes, pero no suficientes. Las acciones hablan más alto que las palabras, y esta es una excelente oportunidad de acompañar las palabras con hechos", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. Lo mismo vale para Cuba, a cuyo Gobierno el portavoz presidencial estadounidense solicitó ayer, después de la invitación formal a conversar hecha el viernes por Obama, pruebas de su voluntad de estar dispuesto a esa negociación. "La pelota está ahora del lado de Cuba", recordó Gibbs.
Washington quisiera un mayor compromiso en esa dirección de los participantes en esta cumbre. Obama pidió en una reunión por separado con los doce líderes de Suramérica, entre ellos Chávez y el presidente de Bolivia, Evo Morales, que empujen -aunque no fue descrito en esos términos por las fuentes oficiales- a que Cuba responda con hechos a su propuesta.
"El presidente les recordó que todos ellos están democráticamente elegidos, y que la democracia y el imperio de la ley en Cuba debería también ser una preocupación para ellos", comentó un alto funcionario estadounidense.
La misma fuente admitió que no había habido compromisos específicos de parte de los dirigentes latinoamericanos de actuar en ese sentido y que la mayor parte de ellos insistieron en que Estados Unidos levante el embargo económico impuesto a Cuba en 1962.
Estados Unidos no parece, sin embargo, preocupado por las cautelas de algunos Gobiernos latinoamericanos respecto a su nueva política hacia Cuba, ni parece empeñado en pretender obtener resultados de inmediato. "Este es sólo el inicio de un proceso. El presidente ha dejado claro que nuestra meta es ver una Cuba democrática, pero hay otros asuntos de los que podemos hablar y que tienen que ver simplemente con la naturaleza de las relaciones de dos países que comparten continente. No hay condiciones inmediatas, esto es un proceso", explicó una fuente oficial.
Altos funcionarios insistieron, no obstante, en que confían en que el Gobierno de La Habana haga pronto algún gesto y aseguraron que no se ha contemplado la posibilidad de una entrevista entre Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, y que no están previstas nuevas iniciativas unilaterales por parte de Washington.
La Administración norteamericana se tiene que conformar, por ahora, en esta cumbre con gestos y palabras, aunque éstas sean de un tono conciliador. El más llamativo de esos gestos fue el encuentro entre Obama y Hugo Chávez, que se saludaron primero el viernes, antes de la ceremonia de inauguración, y conversaron un rato ayer en los preludios de la reunión con el grupo suramericano.
La Embajada venezolana en Washington se apresuró a destacar en una nota la importancia de esos encuentros e hizo circular rápidamente las fotos de ambos. Chávez comentó que Obama le había parecido "un hombre inteligente, comparado con anteriores presidentes". Y más adelante, se mostró dispuesto a reactivar las relaciones diplomáticas, que rompió en septiembre pasado al expulsar al embajador estadounidense. El venezolano anunció su deseo de enviar un embajador a Washington y dio incluso el nombre del candidato: Roy Chaderton, veterano diplomático y ex ministro de Exteriores.
Mientras los saludos con Chávez se dieron un poco forzados por las circunstancias, Obama tomó la iniciativa el viernes por la noche de acercarse a estrechar la mano de Evo Morales. También saludó al nicaragüense Daniel Ortega, pero fue éste quien se acercó al asiento del presidente norteamericano.
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