Silvia Munt dirige el lado amargo de Yasmina Reza

No hay duda. Yasmina Reza está de moda en España. Tras las exitosas representaciones de Un dios salvaje en Madrid y de una nueva gira de su célebre Arte, llega al Centro Dramático Nacional (CDN) Una comedia española, la obra favorita de la consagrada autora teatral francesa. Silvia Munt, responsable del montaje, reconoce que comparte las mismas obsesiones que Yasmina Reza. "Es una pieza que resulta la más densa y arriesgada de su autora", admite. "Un texto que nos habla de depresiones y miedos, del paso del tiempo, de los amores y de los desencuentros". En un escenario ambientado como la oscura sala de ensayos de un teatro, sin utilizar recursos como la música y con varios monólogos de los intérpretes, Silvia Munt se muestra satisfecha de que el CDN y el Teatre Nacional de Catalunya hayan asumido la programación de una obra menos comercial de Reza.

En su doble condición de intérprete y de directora, tanto en el cine como en el teatro, un caso poco frecuente en la escena española, Silvia Munt declara que "para un actor es muy difícil hacer un papel de actor en un escenario". "Se han de desdoblar", explica, "tienen que ser ellos sin ser ellos. En Una comedia española los cinco actores deben hablar de un modo fluido y sin artificios cuando abordan un monólogo y han de entrar, sin ninguna pausa, de nuevo en la comedia, digamos en la ficción". Retrato cruel del mundo del espectáculo por dentro y crónica amarga de las relaciones familiares, Una comedia española refleja también la imagen que los franceses se han formado de España. La directora no ha querido tocar ni una coma del texto de Yasmina Reza, pese a que, en algunos momentos, surgen tópicos anticuados, como el de los españoles que echaban su capa a un charco para evitar que las señoras se mojaran los pies. "Esa mirada del otro tiene su punto interesante", comenta Munt, "y además tanto los actores como yo nos hemos puesto totalmente al servicio del texto".

Después de confesar que no descarta escribir teatro en el futuro, pese a que le inspira mucho respeto, Silvia Munt califica el trabajo de dirección como "el vínculo que une al autor y a los intérpretes para que todo fluya". "Cuanto menos moleste la directora, mucho mejor", afirma esta catalana inquieta después de un ensayo de Una comedia española, que se estrenará el próximo viernes y permanecerá en cartel hasta el 29 de marzo. "Ya pasaron aquellos tiempos en los que el director parecía que era un dios que imprimía su sello tanto a las obras como a los actores", añade Munt.

Todo el equipo de Una comedia española -con un elenco de actores catalanes integrado por Ramon Madaula, Xicu Masó, Maria Molins, Cristina Plazas y Mónica Randall- se ha convertido en un símbolo de la constante colaboración que existe en los últimos años entre los teatros de Madrid y de Barcelona. "No sólo existe ahora una magnífica relación entre las dos grandes capitales", aclara Munt, "sino que el momento dulce que vive el teatro en la actualidad se extiende a ciudades medianas y pequeñas, que cuentan con salas y con una programación que no era imaginable hace un par de décadas".

Nacida en Barcelona en 1957, Silvia Munt se dio cuenta cuando estaba a punto de cumplir los 40 años que debía pasar al otro lado de la cámara y del escenario para dirigir. "Quería tener la libertad que da la creatividad porque cuando trabajas como actriz, en ocasiones, no te identificas del todo con los papeles que interpretas". Con una carrera plagada de premios y de reconocimientos, con una fama alcanzada siendo muy joven, esta artista, que transmite siempre un punto de melancolía, está entusiasmada con Una comedia española. "Es una obra de teatro que me hubiera gustado escribir a mí", concluye."Para un actor es muy difícil hacer un papel de actor", afirma la catalana