Memoria enterrada en el jardín

En febrero de 1939, justo hace ahora 70 años, se inició el drama de miles de fugitivos que cruzaron la frontera con Francia tras la derrota de las tropas republicanas por el ejército franquista. La noticia de aquel gran éxodo llegó hasta el pueblecito francés de Colliure, en cuyo cementerio reposa Antonio Machado y donde en aquella época residía un pintor de origen colombiano, Manuel Moros (1898-1975). Moros, un artista desconocido pese a haber formado parte de la colonia de artistas de Tossa de Mar de la década de 1920, no dudó en coger su cámara Leica y dirigirse a la carretera que bordea la costa entre España y Francia para dejar testimonio de aquella dolorosa multitud humana.

La exposición se presenta en el Museo del Exilio de La Jonquera

Estas imágenes, ocultas durante años, fueron recuperadas en 2008 y constituyen un testimonio excepcional y hasta ahora inédito del final de la Guerra Civil. Bajo el título Febrero de 1939. El exilio a través de la mirada de Manuel Moros podrán verse hasta el 29 de marzo en el Museo del Exilio de La Jonquera (Alt Empordà).

Muchas de las fotografías, 80 en total, fueron captadas en el paso fronterizo de Portbou-Cèrbere entre el 5 y el 10 de febrero de 1939. Niños desamparados, militares vencidos, hombres y mujeres agotados son los protagonistas. El reportaje también retrató los primeros momentos del campo de concentración de Argelès-sur-mer, en el Rosellón, donde entre 1939 y 1945 malvivieron más de 250.000 personas.

Moros se vio obligado a dejar Colliure en noviembre de 1942 por la entrada de los soldados alemanes y huyó a Toulouse. Pero antes de marchar, se cuidó de seleccionar unas 40 fotos de los exiliados en una caja y enterrarlas en el jardín de su casa. "Eran las imágenes más comprometidas, más duras. El resto se las llevó con él y otras 20 se las envió a su hermana", comenta Eric Forcadas, organizador de la exposición y técnico de cultura del Ayuntamiento de Perpiñán.

Curiosamente, los alemanes ocuparon la casa, pero quien encontró las fotos, en 1944, fue un niño de 10 años, Jordi Figueres, mientras trabajaba la tierra de aquel jardín para convertirlo en un huerto. La madre de Figueres, hoy septuagenario, había regentado una pensión en Colliure donde se hospedó Machado. El hallazgo de las fotos se convirtió en un auténtico tesoro para el chico, que las guardó siempre con inmensa devoción junto con unos retratos que habían pertenecido al poeta.

Con motivo del 70 aniversario de la retirada republicana, Figueres ha cedido las imágenes que integran la exhibición. El resto han sido localizadas a través de un sobrino de Manuel Moros, Jean Penneff. Todas son inéditas excepto cuatro que ya fueron vistas en 2003 en Madrid con motivo de una exposición sobre las Brigadas Internacionales.