Zapatero evita ahora poner fecha al pacto sobre la nueva financiación

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer su deseo de que el acuerdo sobre el nuevo sistema de financiación autonómica se alcance "pronto, incluso antes de final de año", pero evitó comprometerse a ello como hizo en su día con el presidente de la Generalitat, José Montilla. "No me atrevo a dar una fecha", reconoció en Bruselas, en la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo.

Lo que sí hizo fue desvincular este asunto del voto de los 25 diputados del Partit dels Socialistes (PSC) a los Presupuestos Generales del Estado para 2009 cuando vuelvan al Congreso tras su rechazo por el Senado. La reforma del sistema de financiación, alegó, "forma parte del programa electoral y del programa de investidura", y no tiene "más vinculación que ésa".

Zapatero insistió en que se alcanzará un acuerdo de financiación autonómica y será "un buen acuerdo", ya que todas las comunidades van a recibir más recursos para dedicarlos a la mejora del Estado de bienestar, la educación y la sanidad, cuya gestión tienen transferida. Aseguró que este asunto constituye una de las prioridades del Gobierno en la actual legislatura, inmediatamente después del estímulo a la economía y el empleo, la lucha antiterrorista y la presidencia española de la UE.

"Va a haber un acuerdo y lo va a haber pronto", insistió. "Si conseguimos tenerlo cuanto antes, incluso antes de fin de año, estaremos muy satisfechos". Otra cosa, advirtió, es que una vez alcanzado el pacto se necesite tiempo para su desarrollo, ya que debe aprobarlo el Consejo de Política Fiscal y Financiera y plasmarse en una reforma de la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas.

El presidente del Gobierno volvió a enfriar las expectativas de los socialistas catalanes, que confían, como aseguró el miércoles el secretario de organización, José Zaragoza, en que el nuevo modelo empezará a aplicarse el 1 de enero. Por esa razón, Zaragoza aseguró que el PSC no puede votar en contra de los presupuestos del Estado para 2009 porque pondría en riesgo los más de 4.600 millones de euros en inversiones. La ministra de Defensa, Carme Chacón, también hizo una reflexión similar.

Pero no todos los miembros de la ejecutiva socialista piensan igual. El consejero de Economía, Antoni Castells, lamentó el jueves que ambos dirigentes den por descontado el voto a favor del PSC cuando ni siquiera se ha debatido en la ejecutiva. Y añadió que los 25 diputados del PSC deben hacer piña con el Gobierno catalán y utilizar todas las medidas "a su alcance" para obtener un buen sistema de finaciación. Lo que, implícitamente, incluía el voto en contra de los socialistas catalanes a los presupuestos. En cualquier caso, será una decisión que se tomará este lunes.

La oposición vio en estas discrepancias un conflicto al que agarrarse en su tarea de erosionar al tripartito. Al convergente Artur Mas, las declaraciones de Castells le parecieron perfectas y le exhortó a convencer a su partido para que haga un alarde de fuerza ante el Gobierno central y vetar las cuentas de 2009 para obtener, de este modo, un excelente sistema de financiación. El democristiano Josep Antoni Duran Lleida también dijo entender al consejero de Economía, aunque agregó que nunca ha albergado dudas de que el PSC bendecirá los presupuestos.

Desde las formaciones del tripartito, Joan Herrera, de Iniciativa per Catalunya, anunció que en la revisión del pacto de Entesa, en enero, su partido exigirá al PSC que cambie su estrategia para lograr "presionar" al Gobierno central. El republicano Joan Ridao instó a los socialistas catalanes a enviar al Gobierno central "un mensaje claro y contundente para que entiendan que con Cataluña no se juega".