Nissan advierte de que la factoría de Barcelona no es viable sin despidos
La dirección condiciona que haya nuevos modelos a la productividad de la planta
Tras envainarse el expediente de regulación de empleo (ERE) de 1.680 trabajadores, la dirección de Nissan dio ayer un nuevo mazazo a la plantilla. Tras una reunión con el presidente de la Generalitat, José Montilla, los responsables de la multinacional japonesa afirmaron que Barcelona puede fabricar a medio plazo nuevos modelos de coches. Sin embargo, condicionaron estos proyectos a poder realizar despidos e incrementar la competitividad de la planta.
Nissan retiró ayer el ERE inicial y presentó otro temporal que afectará a 3.330 trabajadores. Los paros productivos empezarán el día 11 y terminarán el 7 de enero. Parecía, pues, que el presidente de la Generalitat, José Montilla, podía respirar más tranquilo en su viaje oficial a Japón. No fue así. Los directivos de Nissan se lo dejaron muy claro: o la fábrica de Barcelona gana competitividad o tendrá los días contados a partir de 2012, cuando dejen de fabricarse los modelos que ensambla ahora.
"Los países emergentes están aumentando su capacidad de producción a gran velocidad, por lo que los avanzados no serán elegidos como lugar de fabricación de nuevos productos a no ser que consigan un salto significativo en calidad, costes, tiempo y flexibilidad", aseguró el vicepresidente de producción, Toshiharu Sakai.
Nissan explicó que el modelo que seguir es el de la planta de Oppama, que Montilla visitó ayer. En 2005 inició un "plan de supervivencia" que le ha llevado a reducir el 22% los costes de producción y a incrementar la productividad el 45%. Han perdido el empleo más de 2.000 personas y la carga de trabajo ha aumentado el 25%, pero está en pleno lanzamiento del Cube y fabrica siete modelos pequeños y medianos. De la planta saldrán este ejercicio 480.000 vehículos. La planta barcelonesa, con el doble de plantilla, tiene como récord las 200.000 unidades de 2007. En los últimos 18 meses Nissan ha despedido a 3.000 trabajadores en EE UU y en el último año a 2.000 en Japón.
Los que esperaban que Montilla regresara de Japón con un gesto de la multinacional han errado. El Gobierno catalán asume el discurso de la multinacional, probablemente el único bote salvavidas al que se puede agarrar ante la "gravedad" de la crisis mundial y la industria del automóvil. Montilla dijo que Nissan le manifestó su "voluntad inequívoca de seguir en Cataluña" y que no descartó nuevos modelos "si mejora la competitividad y se supera la crisis". Además, ofreció colaboración si Nissan asigna nuevos modelos a Barcelona con ayudas para investigación y desarrollo y mejoras logísticas.
Pero apeló también a la "responsabilidad de los directivos españoles y de los sindicatos". Éstos ayer se mostraron sorprendidos por que Nissan pida ahora mayor flexibilidad. "La planta de Oppama es una de las más competitivas del mundo y los sueldos en Japón no son ni mucho menos más baratos que en Cataluña. Hay otros costes más importantes en la fabricación de un coche, como la organización del trabajo", sostuvo Montilla.
"No hay tiempo que perder", ahondó Gina Pasco, portavoz de Nissan en Europa, quien recordó que "la asignación de nuevos modelos no está garantizada". La multinacional decidirá en 2010 dónde fabrica sus nuevos productos, más allá del coche eléctrico. Y la Generalitat confía en que a medio plazo Nissan lleve nuevos modelos a Barcelona.
Montilla hizo un balance positivo del viaje. "Ha ido bien. No nos vamos con nada que no supiéramos antes de venir. No sé otros, pero yo sí sé a lo que venía, a defender lo que ya tenemos. No sé si la gente es consciente del contexto en el que estamos", reiteró el presidente.
Coixet rueda su amor por Japón
- Montilla y Carod Rovira visitaron ayer en Tokio los lugares donde la cineasta catalana Isabel Coixet rueda su nueva película desde el 16 de noviembre.
- Mapa de los sonidos de Tokio, título del filme, está protagonizado por Rinko Kikuchi (la colegiala de Babel), que da vida a una mujer misteriosa que trabaja de noche en una lonja de pescado y se emplea ocasionalmente como asesina a sueldo. Su nueva misión consistirá en matar a un comerciante de vinos español (papel interpretado por Sergi López).
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