Los empresarios defienden que Cataluña no se desindustrializa
Entre 2000 y 2007, se han creado 18.650 nuevas empresas con asalariados
La industria de hoy no tiene que ver ya con las primitivas y cochambrosas fábricas que describe Dickens en Tiempos difíciles, con el recinto donde introducía propaganda política Pelagia Vlasova, la protagonista de la conmovedora novela de Gorki La madre, o con cualquiera de las fábricas textiles que pueblan -o poblaban- los márgenes de los ríos catalanes. Hablar hoy de industria es hablar también de diseño, servicios financieros y logística. De conceptos como el branding (imagen de marca) y de un impoluto ingeniero que dibuja estructuras industriales con el programa informático CAD/CAM.
Frente a la visión tradicional del sector industrial, que representa el 21,7% de todo el empleo en Cataluña y aporta el 21,8% del valor añadido bruto (VAB), la nueva industria, término acuñado por la Comisión Europea que incorpora los servicios asociados a la producción, emplea a casi dos millones de personas, el 53,7% del total, y aporta una riqueza del 59%. Constituye la columna vertebral de la economía catalana, el principal generador de empleo y su productividad es el 10% superior a la media.
"La Generalitat no se preocupa de los autónomos, sólo de Nissan", dice Pimec
La productividad de los servicios asociados es el 10% superior a la media
Son datos de 2005 y fueron utilizados ayer por los empresarios y el Gobierno catalán para reivindicar el sector frente a la ola de despidos y cierres, lavar su imagen y apelar al orgullo industrial para salir reforzados de la actual crisis.
La Cámara de Comercio de Barcelona y la patronal Fomento del Trabajo presentaron, con el apoyo del Departamento de Innovación de la Generalitat, el programa Industria XXI, que tiene el objetivo de proyectar la imagen de una industria atractiva, moderna, profesional, líder e innovadora. Entre 2000 y 2007 desaparecieron casi 3.000 empresas manufactureras, pero la nueva industria (incluida la manufacturera) creó casi 18.650 sociedades. Especialmente las intensivas en conocimiento y las dedicadas a la gestión de actividades, que crecieron, en número, el 58%.
"Hay que remover conciencias para pasar de una sociedad que se creía posindustrial en una sociedad neoindustrial", dijo ayer el consejero de Innovación, Josep Huguet.
"El gran reto es convertir Cataluña en la sede de la nueva industria del sur de Europa", abundó el secretario general de Industria, Antoni Soy. Pero para conseguir un país atractivo y competitivo quedan pendientes al menos tres duras asignaturas: educación y formación, infraestructuras y una legislación fácil, recordó el presidente de Fomento, Juan Rosell.
En la presentación del anuario de la pyme catalana 2008, el presidente de Pimec, Josep González, arremetió contra la Generalitat por dedicar demasiado tiempo a la crisis de Nissan. "Parece que el Gobierno tiene varios niveles de sensibilidad", afirmó. González lamentó "la gran campaña" que, a su juicio, se está efectuando a raíz de los 1.680 despidos que ha anunciado la multinacional en Barcelona y dijo estar "sorprendido" por que el Ejecutivo no se preocupa por los autónomos que se están dando de baja. "Cada dos semanas desaparece el mismo número y nadie habla de eso", agregó.
La patronal de las pequeñas y medianas empresas criticó la "lentitud" del Gobierno a la hora de ejecutar sus planes para inyectar liquidez al sistema y no ahorró reproches a las entidades financieras.
González se valió de la crisis de Nissan para volver a proponer una reforma laboral. Propuso flexibilizar la contratación y abaratar el coste de los despidos a cambio de suprimir los contratos temporales. "Hoy la empresa no tiene ningún elemento para jugar con la flexibilidad que le pide el mercado".
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