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Freno a la inversión en transporte público hasta el acuerdo de financiación

Los presupuestos de 2009 apenas incluyen nuevas actuaciones

Los presupuestos de 2009 del Departamento de Política Territorial, presentados ayer por el titular de la cartera, Joaquim Nadal, apenas incluyen nuevas actuaciones en materia de transporte público. Los más de 4.700 millones de presupuesto se destinan, sobre todo, a pagar obras ya en curso, en especial la línea 9 del metro. Se confirma así el temor a que la falta de acuerdo con el Gobierno central sobre la financiación autonómica prevista en el Estatuto asfixiará las inversiones.

De hecho, Política Territorial tiene terminados diversos proyectos que no son licitados por falta de dinero. El caso más claro es la prolongación de la línea 2 del metro hasta la Fira y el aeropuerto. El proyecto lleva dos meses en el despacho de Nadal, pero no sale adelante porque no se sabe cómo se podrían pagar los aproximadamente 700 millones de euros que costaría.

El proyecto de la línea 2 lleva meses esperando a falta de 700 millones

Una de las consecuencias de la asfixia económica del Gobierno catalán es que no se haya revisado el Plan Director de Infraestructuras (PDI), es decir, las previsiones de inversión en materia de transporte público. El plan vigente abarca el periodo 2001-2010 y debería haber sido renovado en 2005. Se cerró ese año sin revisión alguna, y el siguiente y el siguiente. A mediados de este año se dijo desde Política Territorial que resultaría muy absurdo revisar el (PDI) 2001-2010 a finales de 2008, por lo que se procedería a aprobar un nuevo plan hasta 2015. Debería haber sido este mismo mes. No será el caso. El consejo de administración de la Autoridad del Transporte convocado para el próximo 1 de diciembre no incluye en el orden del día nada referente al PDI, de modo que el año terminará sin revisión y sin nuevo plan.

Las inversiones previstas en el PDI vigentes sumaban 5.400 millones en el año 2002, cuando fue aprobado el plan hasta 2010. Pero esa cifra ha sido superada ampliamente desde hace tiempo. Una sola obra, la línea 9 del metro, que inicialmente costaba 2.300 millones, va ya por los 6.850 millones. Y no es la única en marcha: están también las prolongaciones de las líneas 3 y 5 y esta última también ha disparado el coste tras el hundimiento del Carmel, que ha exigido un nuevo proyecto y un nuevo presupuesto.

A falta de una revisión oficial, el Gobierno catalán ha echado por el atajo de los hechos consumados. Algunos de los trabajos que hoy se realizan no encuentran amparo en los proyectos aprobados en 2002 (con un año de retraso, porque afectaban al periodo 2001-2010). Es el caso de la prolongación de la línea 3 del metro hacia el Baix Llobregat y las modificaciones introducidas en la entonces llamada línea 12, una vía ferroviaria que iba desde Sarrià a Castelldefels, prolongando Ferrocarrils de la Generalitat. Hoy se trata de una línea de Cercanías de Renfe que nace en Castelldefels y muere en Cornellà para descargar la saturada línea 2 y que corre a cargo del Ministerio de Fomento, que lleva la obra bastante retrasada.

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Próxima subida del billete

El consejo de administración de la Autoridad del Transporte Metropolitano que se celebra el 1 de diciembre incluye en su orden del día un asunto espinoso: las nuevas tarifas del transporte público. Pese al clamor generalizado sobre su carestía, lo cierto es que el billete del metro y del autobús es, en Barcelona, más costoso para el ciudadano común que para el usuario. Lo que paga el viajero sufraga el 40% del coste; el otro 60% va a cargo de los impuestos que pagan todos los ciudadanos. El Departamento de Política Territorial quisiera (a medio plazo) invertir al menos las proporciones, pero se frena por la situación general de crisis, de modo que todo apunta a una subida a medias en la línea del IPC. La tentación de aumentar la tarifa por encima es fuerte, sobre todo después de que ya lo hayan hecho Madrid y Valencia. En esta última ciudad la subida media es del 5,74%, pero algún billete sube hasta el 8%.

Diversos dirigentes del transporte celebraron ayer una reunión preparatoria del consejo que analizará las tarifas. Asistieron, entre otros, los máximos directivos de TMB, Assumpta Escarp y Dídac Pestaña. Los números apenas salen, sobre todo si se acepta la propuesta de una tarifa infantil cuyo coste no baja de 13 millones de euros al año y que no aportaría nuevos pasajeros al sistema. Además, este año se espera que el aumento del pasaje sea más que escaso, aunque no se pierda, como está ocurriendo en Valencia y Madrid.

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