Fernández Paz, premio nacional de literatura juvenil
Los tenía casi todos menos éste. Ayer, Agustín Fernández Paz (Vilalba-Lugo, 1947), uno de los autores clave para entender la actual posición de la escritura para adolescentes en España, recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, que Cultura dota con 20.000 euros, por O único que queda é o amor [Lo único que queda es el amor], editada en Xerais-Anaya.
El título de la obra ganadora, tomado de una frase de Nieve, la novela de Orhan Pamuk, acabó imponiéndose a la primera idea de Fernández Paz. "Pensé en titularlo Sucos de bágoas [Surcos de lágrimas], como eso que dicen en 2046, la película de Wong Kar Wai: 'Todos los recuerdos son surcos de lágrimas". Los 10 relatos que componen la obra, "hilos de vida", en palabras del autor, giran en torno al amor "sin didáctica emocional". El autor lucense quiso huir del azar lírico. "Cuántas facetas crueles no tendrá el amor... Pero una sola experiencia amorosa ya sobresale en la vida de una persona. Los únicos ridículos son los que nunca escribieron cartas de amor, como decía Pessoa".
Sin límites
Habituado a introducir personajes que hablan de literatura, o temas -la Guerra Civil, caso de Noche de voraces sombras, a su vez poesía de Valente- alejados de las marcas del mercado juvenil, Fernández Paz vive y escribe al margen de la publicidad editorial por franjas de edad. Ayer resolvía así las entrevistas de ocasión y las referencias a lo infanto-juvenil: "La gente se empecina en poner límites, y las líneas están para romperlas. Literatura juvenil es la que pueden leer también los jóvenes. Ulises, no, pero La metamorfosis, sí. El niño con el pijama de rayas es una novela infantil, como La sombra del viento es un libro juvenil, pero están publicados en colecciones para adultos".
Las paradojas del mercado se repiten en el caso del autor gallego, disponible en lenguas peninsulares, francés, árabe y coreano. "Cuentos por palabras [Premio Lazarillo, en 1991] está traducido al coreano por medio de un agente italiano que conocí hace dos años... Al inglés, no. Los problemas derivados de escribir en gallego ya los sabemos todos". Entre la producción literaria de este antiguo profesor de instituto vinculado a colectivos de renovación pedagógica destacan también Cartas de invierno, Corredores de sombra, Aire negro o Amor de los quince años.
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