El basurero se recicla
El vertedero de San Marcos pone hoy fin de forma oficial a cerca de 40 años de actividad y se integrará en el parque natural de Lau Haizeta
La basura almacenada en el vertedero de San Marcos, el mayor de Guipúzcoa, supera en algunas zonas los 30 metros de altura. Hasta hace muy poco eran precisos más de 16.000 camiones para descargar los desechos generados por San Sebastián y su comarca (305.500 habitantes) en un año: 150.000 toneladas de residuos, casi tres veces el fuel vertido por el Prestige en las costas gallegas. Esta realidad entra desde hoy en el pasado. Con más de un año de retraso y tras múltiples disputas políticas e institucionales, el vertedero pone hoy oficialmente fin a casi 40 años de historia.
Las primeras basuras comenzaron a depositarse a inicios de los años setenta. El de San Marcos era uno más de los vertederos incontrolados repartidos por Guipúzcoa. Inicialmente, sólo recibía los residuos domiciliarios de Pasaia, Lezo, Oiartzun y Rentería, ayuntamientos que formaron en 1972 la mancomunidad homónima. En esa época era una escombrera que empleaba una batería de seis hornos incineradores que despedían humos y olores de forma permanente e indiscriminada, hasta que el Gobierno vasco ordenó clausurarlos por razones medioambientales y de salud.
La basura que está almacenada supera en algunas zonas los 30 metros de altura
Harán falta otros 30 años de vigilancia para verificar que no hay riesgo de fugas
En 1989, empezó a recibir las basuras de San Sebastián y Astigarraga, que para entonces ya habían colmatado el vertedero de Petritegi. El Ayuntamiento donostiarra acordó con la Mancomunidad comprar terrenos circundantes al vertedero, que alcanzó las 25 hectáreas actuales y una capacidad para almacenar 3,5 millones de metros cúbicos de escorias. Cuatro años después se sumaron como socios de la Mancomunidad Lasarte-Oria, Urnieta, Hernani y Usurbil.
Hasta 1993, los residuos se depositaron en San Marcos sin tratar, salvo su compactación para estirar al máximo la vida útil del vertedero. Igual ocurría en los otros cinco basureros existentes a inicios de los noventa en la provincia (Zarautz, Beasain, Azpeitia, Irún y Tolosa), que también contaba con una incineradora en Mondragón cerrada en 1996.
San Marcos no se conviritó en "vertedero sanitario controlado" hasta 1993, coincidiendo con la entrada de Iñaki Castillo en la gerencia de la Mancomunidad. Se tomó entonces una estrategia basada en la recogida selectiva de vidrio, papel, pilas, textiles, envases... y se puso en marcha una planta para generar electricidad a partir de biogás. Fue el tercer vertedero español en introducir ese sistema, que en 2006 le proporcionó 7.897.460 kilovatios a la hora, de los que casi el 90% se comercializó por la red de Iberdrola. Otro de los hitos del basurero fue la creación en 1998 de una agroaldea en la que se siguen cultivando tomates hidropónicos en cuatro invernaderos.En noviembre de 1998, moría el vigilante jurado del vertedero por una explosión de metano cuando encendió un cigarro mientras se hallaba en la caseta de entrada. Por este hecho, la Fiscalía de Guipúzcoa ha pedido recientemente cuatro años de prisión para el ex gerente y un jefe de planta del basurero.
En la última década se ido almacenando una media superior a las 100.000 toneladas, más otras 30.000 que trasladan los municipios de Irún y Hondarribia. El trasiego de los camiones y el hedor avivaron las protestas de los vecinos del barrio de Beraun, en Rentería, quienes comenzaron a reclamar el cierre de la instalación.
Los responsables de la Mancomunidad, de acuerdo con la Diputación guipuzcoana, acordaron poner 2006 como fecha límite para el cierre definitivo del vertedero. En esa fecha sólo se pudo acometer el sellado de un tercio de la superficie (7,7 hectáreas), cuyas obras se prolongaron 14 meses y requirieron gastar 4,8 millones de euros. La UE aportó el 80%.
Los responsables de la Mancomunidad y la Diputación decidieron el cierre total desde octubre de 2007, pero la llegada de EB y ANV a la dirección de la Mancomunidad echó por tierra esos acuerdos. Sólo la presión del resto de mancomunidades, que amenazaron con negarse a recibir la basura de San Marcos, recondujo la situación tras el pasado verano. Finalmente, desde hoy no se depositará ni una bolsa de basura más.
Los camiones seguirán entrando para compactar los residuos en la estación de transferencia, desde donde se distribuirán a los tres muladares aún abiertos en Guipúzcoa (Beasain, Azpeitia y Zarautz) y al vizcaíno de Igorre. En San Marcos seguirán funcionando la planta de revalorización de biogás, la de tratamiento de lixiviados y un garbigune.
El alcalde de Rentería, el socialista Juan Carlos Merino, ya está perfilando el futuro de la instalación para transformarla en una zona verde para "el esparcimiento de las personas que han soportado sus molestias 40 años". Su deseo, compartido por el consistorio donostiarra, es integrarlo en el parque natural Lau Haizeta (602 hectáreas). Tras el sellado del basurero harán falta otros 30 años de vigilancia para verificar que la impermeabilización es total y no hay riesgo de fugas.
Más de una década de discusiones
Guipúzcoa se ha pasado más de una década discutiendo sobre el mejor modelo de gestionar y eliminar sus residuos urbanos (450.000 toneladas al año). La ubicación de la incineradora, primero, y el cierre del vertedero de San Marcos, después, han centrado la polémica. La controversia pareció zanjarse al final del anterior mandato foral. El 14 de mayo de 2007 fue el día clave. La Diputación, el Ayuntamiento donostiarra y las ocho mancomunidades tomaron la decisión más relevante de los últimos años: cerrar el vertedero de San Marcos desde el 1 de octubre de 2007, distribuir sus residuos entre el resto de muladares y construir la incineradora en Zubieta, decisión aceptada por San Sebastián.
La paz institucional duró poco. Tras las municipales de 2007, con EB y ANV, dos partidos contrarios a la incineración, al mando de la Mancomunidad, la bronca recobra su mayor intensidad. El resto de mancomunidades, al ver que los nuevos rectores de San Marcos rechazaban la incineradora, optaron por no acoger su basura.
Llegó el 1 de octubre de 2007 y el principal vertedero de Guipúzcoa seguía abierto, lo que generó una fuerte contestación vecinal. Sólo tres camiones de San Marcos hacían unos 15 viajes diarios a Beasain, Azpeitia y Zarautz. En 2007, esos vertederos sólo recibieron el 14% de residuos de Donostialdea. Este año, el porcentaje ha subido al 65%.
El estrangulamiento al que fueron sometiendo a San Marcos prosiguió. Volvió a incumplirse otra nueva fecha de clausura: marzo de 2008. Tampoco pudo ser entonces, pese a que San Marcos acató un mes antes los compromisos institucionales de mayo de 2007. Todo quedó resuelto a fines de septiembre pasado cuando la Diputación y la Mancomunidad díscola pactaron las condiciones para lograr el vertido cero en San Marcos. Sus dirigentes aseguran que sólo una catástrofe podría frustrar esta decisión.
Los datos de un vertedero
- Ubicación: Se extiende sobre terrenos de los municipios de San Sebastián, Pasaia, Astigarraga y Rentería, y está muy próximo al casco urbano de esta última localidad.
- Año de apertura: 1970.
- Superficie y capacidad: 25 hectáreas y 3,5 millones de metros cúbicos.
- Servicio: Atiende a San Sebastián, Pasaia, Lezo, Rentería, Oiartzun, Astigarraga, Urnieta, Hernani, Lasarte-Oria y Usurbil.
- Media anual de basura depositada: 130.000 toneladas.
- Instalaciones: Pozos de vertido, planta eléctrica, estación de transferencia, tratamiento de lixiviados e invernaderos.
- Basureros que recibirán las basuras de San Marcos: <7b>45.000 toneladas a Arteta (Zarautz), 35.000 a Lapatx (Azpeitia), 25.000 a Sasieta (Beasain) y 25.000 a Igorre.
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