Urazca entra en su momento decisivo
Los administradores concursales tienen diez días para presentar su propuesta de convenio - La constructora cuenta con más de 2.500 pequeños acreedores
El mayor concurso de acreedores presentado en el País Vasco está a punto de entrar en su fase definitiva. Los administradores concursales del Grupo Urazca, una empresa vizcaína con promociones y obra pública en media España y unas deudas de 450 millones de euros, tienen, en principio, hasta el día 12 para presentar su informe al titular del juzgado de los Mercantil número 2, Roberto Etxerandio.
El plazo acabó el pasado 12 de agosto, pero fue solicitada una prórroga de un mes.
207 millones de los 335 millones de activos de la promotora son pisos
Para la división de Proyectos Urbanos se propone una quita del 12,3%
"Los proveedores están más afectados que los propietarios de pisos en obras"
La empresa que creara el fallecido presidente del Athletic Javier Uria y que posteriormente dirigió el también ex mandatario del club bilbaíno, Ignacio Ugartetxe, presentó el concurso de acreedores el pasado 8 de mayo. Desde entonces los administradores ya han trasladado al juez propuestas de convenios con los acreedores para algunas de las sociedades, como Urazca Proyectos Urbanos -23,6 millones de pasivo- o Urazca Estacionamientos -17,7 millones de pasivo-, pero sigue pendiente la evaluación de la viabilidad de las dos sociedades más problemáticas por su nivel de endeudamiento. Urazca Construcciones tiene un pasivo de 135 millones y activos por 137, según datos de la empresa, y Urazca Promociones Inmobiliarias, unas deudas de 221 millones -150 de ellos con entidades financieras- y unos activos de 335 millones, de los que 207 millones corresponden a viviendas.
La diferencia entre el pasivo y los activos de la constructora no es muy importante sobre el papel, pero el valor de éstos puede estar en franca depreciación por la bajada de precios de pisos y terrenos. Y la promotora tiene claramente más activos que deudas, pero para darle la vuelta a la situación requiere vender sus propiedades inmobiliarias en una coyuntura muy desfavorable para hacerlo. En ambos casos, los convenios podrían estar listos para noviembre.
La venta de La Manjoya, en Asturias, una promoción que afectaba a numerosos propietarios, ha supuesto una inyección económica de más de 80 millones para reducir pasivo y ofrecer estabilidad a las entidades financieras. Sólo Caja Laboral, la entidad financiera más atrapada en la crisis de Urazca, tiene 73 millones en créditos impagados.
Entre las dos empresas vascas más importantes vinculados al ladrillo que han llegado a la situación de suspensión de pagos, Urazca y la promotora Ereaga, suman una deuda que se acerca al 1% del PIB vasco. Ereaga presentó un pasivo de 160 millones y Urazca de 450.
El Grupo Urazca tiene a su constructora como motor y problema. Presenta el balance más desequilibrado y un listado de más de 2.500 pequeños acreedores, algunos en una situación límite al haberse producido una auténtica suspensión de pagos en cadena en el sector. Para que finalmente el convenio que propongan los administradores concursales sea aceptado, tiene que darle el visto bueno al menos la mitad de los acreedores, que en el caso de la constructora supone la aceptación de más de 1.250. Salvo que las quitas sean elevadas, lo normal es aceptar el convenio.
Pero, por otra parte, la constructora dispone del personal capacitado para acometer la cartera de pedidos en obra pública, que sobrepasan los 300 millones. Y eso que la plantilla se ha reducido un 70%: de 519 empleados, a los alrededor de 140 que quedarán a finales de año.
Fuentes del bufete de abogados Iure, que representa a numerosos acreedores, han informado que la sociedad Urazca Proyectos Urbanos ha presentado una propuesta de convenio, que ya ha sido admitida a trámite por el juez, con una propuesta de pago del 87,7% de la deuda en tres plazos durante otros tantos años. Una propuesta que se califica de buena, porque, además de pagar casi la totalidad de la deuda -la quita se reduce al 12,3%- no apura los cinco años que permite la Ley Concursal para hacer afrontar los pagos.
En el caso de Urazca Estacionamientos, la propuesta de convenio que el juez ha puesto a disposición de los acreedores propone el pago del 60% de los créditos en tres años y tres plazos. "El mayor problema para los afectados no suele ser la cantidad que finalmente cobran, sino el tiempo de espera, ya que desequilibra la previsión de ingresos y gastos de sus empresas", asegura el abogado de Iure Fernando González.
Concursar para superar otro concurso
Cada vez es más usual solicitar un concurso de acreedores como fórmula para defenderse de otro concurso. Numerosas pequeñas empresas acuden a ese procedimiento para paralizar sus pagos y renegociarlos, porque son acreedoras de otra firma que ha hecho lo mismo y no va a tener liquidez hasta que los administradores establezcan porcentajes de pago y el juez dé luz verde a los pagos.
El concurso de acreedores de una empresa aceptado por el juez que corresponda de lo mercantil paraliza los pagos a acreedores durante dos años y permite seguir manteniendo la actividad necesaria para salvar la sociedad, si los administradores concluyen que es viable.
El abogado de Iure Fernando González asegura que la cadena de concursos empieza a ser algo habitual, debido a la profundidad de la crisis en el sector de la construcción. "Por desgracia, ocurre cada vez con más frecuencia. Algunos de nuestros clientes, en lo que va de año, ya han sufrido tres impagos distintos de empresas que han tenido que solicitar concurso de acreedores, así que algunas no han podido seguir adelante", explica.
No obstante, González sostiene que acudir a un procedimiento concursal a tiempo no tiene por qué ser traumático. "Cuando una empresa sufre un impago tan grande que puede poner en peligro su continuidad en el mercado en los meses siguientes, debe evaluar la necesidad de solicitar el concurso antes de impagar a ninguno de sus proveedores", explica. En su opinión, es una manera de minimizar el daño y seguir trabajando, ya que el concurso, la antigua suspensión de pagos, le supondrá un importante balón de oxígeno y es una buena alternativa de refinanciación y reestructuración de la deuda, cuando está bien planteado.
Según explica el defensor de los intereses de los acreedores de Urazca y de otras empresas como Martinsa, en los concursos de acreedores los principales paganos son los proveedores, más que los propietarios de pisos, porque van a perder parte del crédito que tienen con la empresa concursada y pueden tener que esperar hasta cinco años a que les paguen. "Los compradores de pisos sufrirán retrasos en las obras, pero lo normal es que se terminen las promociones". "Hasta donde sabemos, en el caso de Urazca las promociones que afectaban a particulares se han vendido con cierta rapidez para seguir adelante", explica.
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