Una agencia llamada ICO
El organismo estatal no puede financiar el circulante de empresas en apuros
La suspensión de pagos de Martinsa-Fadesa, con la negativa del Instituto de Crédito Oficial (ICO) a conceder los 150 millones de euros que había solicitado, ha puesto en la picota a este organismo, la única entidad financiera pública de ámbito estatal. Adscrita al Ministerio de Economía y Hacienda y considerada como agencia financiera del Estado, ha tenido una existencia callada desde que se reestructuró la antigua banca pública, engullida por Argentaria allá por 1991. La verdad es que han tenido que llegar los tiempos de crisis y la polémica de esa negativa a la inmobiliaria para que se dé importancia al instituto que desde 2004 preside Aurelio Martínez.
El ICO actuó como una entidad de crédito en ese asunto, ya que la inmobiliaria no ofrecía garantías. Contra las afirmaciones del presidente de Martinsa, Fernando Martín, Aurelio Martínez ha asegurado por activa y por pasiva que el ICO le había advertido que la solicitud de préstamo no encajaba porque tiene prohibido financiar el circulante y que el 7 de julio, una semana antes de presentar el concurso de acreedores, llamó personalmente a Martín para decírselo. Sobre las similitudes con otros créditos concedidos a otras inmobiliarias (Reyal o Habitat), que se le ha echado en cara, el presidente del ICO ha subrayado en sus declaraciones que éstos respondían a la refinanciación de una deuda ya emitida anteriormente para invertir en mejorar el tamaño, su competitividad o su presencia exterior. Y eso sí entra en los estatutos del ICO.
La entidad impulsa la innovación y la expansión exterior de las compañías
El ICO se contempla como un recurso del Gobierno para afrontar crisis. Antes de la existencia de un banco central europeo, el Ejecutivo podía actuar sobre la moneda o sobre los tipos de interés desde el Banco de España, pero ahora sólo queda este instituto. Sin embargo, Economía quiere desterrar esa imagen de salvador de empresas. Según la definición de su página web, el objetivo del ICO es favorecer el crecimiento económico compatible con una mayor cohesión social y territorial.
Es decir, el ICO apoya los proyectos de inversión de empresas españolas, para que sean más competitivas. La financiación se dirige a impulsar proyectos de innovación tecnológica, energías renovables, transporte, y potenciar la presencia de las empresas en el exterior. También colabora con los programas de política económica, en situaciones de crisis o catástrofes naturales, en apoyo a la exportación o para facilitar créditos a personas fuera de los canales habituales, mediante la línea de microcréditos.
En la actualidad, tiene abiertas 17 líneas de financiación que superan los 11.000 millones. Los principales clientes del ICO son las pymes, a las que facilita el acceso a la financiación, a la innovación tecnológica y a la eficiencia energética, entre otras actuaciones. Aunque la línea ICO-Pyme es la estrella, con una dotación de 8.000 millones de euros, financia desde créditos a emprendedores hasta inversiones en tecnologías de la información, inserción laboral de jóvenes licenciados o, incluso, una línea para financiar el permiso de conducir a jóvenes entre 15 y 25 años con préstamos de entre 500 y 1.000 euros sin interés y hasta 36 meses. Para las personas mayores tiene proyectada una línea de promoción de hipotecas inversas.
El ICO ha potenciado su papel como avalista con la línea para titulización de vivienda de protección oficial, dotada con 5.000 millones. También hay un 25% de esta línea disponible para titulización de vivienda libre. Otra actuación estrella es el Plan Avanza, que ha dotado con 1.295,5 millones de euros, con vigencia hasta el 31 de diciembre de 2010.
Evidentemente, la llegada de la crisis provoca que se deban corregir todos los excesos y desequilibrios, como el incremento del endeudamiento, mientras la crisis se ha extendido a todo el sistema generando una falta de confianza que afecta directamente a la economía real. ¿Qué puede hacer la banca pública? El ICO es la única herramienta financiera del Gobierno para actuar ante los fallos del mercado en la que se produce un efecto rebaño, tendencia al oligopolio, insuficiencia de oferta de recursos a medio y largo plazo, necesidad de incentivar el ahorro y apoyo a la inversión real. En ese sentido, el papel del ICO es fundamental.
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