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Esquerra rechazará el nuevo modelo de financiación si no lo suscribe CiU

Iceta se muestra escéptico sobre la unidad de los partidos catalanistas

Esquerra Republicana (ERC) volvió ayer a las andadas, al sí pero no, al estás conmigo pero también con el otro, a tener un pie dentro y otro fuera. El portavoz republicano, Joan Ridao, advirtió de que su partido -por mucho que forme parte del Gobierno catalán- rechazará cualquier sistema de financiación que no cuente con el beneplácito de Convergència i Unió (CiU).

"Desde Cataluña no estamos para hacer actos de fe. ERC rechazará un modelo de financiación que no sea beneficioso para Cataluña y que no agrupe al conjunto de partidos catalanistas del Gobierno y al principal partido de la oposición", avisó.

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¿Y si sus socios en el tripartito, socialistas e Iniciativa, suscriben la nueva financiación y CiU se opone? Ridao no verbalizó su respuesta, pero vino a decir que, llegados a ese punto, pondrá en jaque al Gobierno y se aliará con la oposición convergente. Esquerra daría prioridad entonces a su alma nacionalista a la de izquierdas.

Ridao sostuvo que Esquerra es contraria a que el tripartito lidere en exclusiva la negociación y a que CiU "eleve el listón para al final rebajarlo con un acuerdo por la puerta de atrás con el Gobierno central", como hizo, aseguró, con el Estatuto catalán.

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Los convergentes no tardaron ni un minuto en frotarse las manos y aplaudir la posición republicana. Oriol Pujol, portavoz parlamentario, se deshizo en elogios hacia Esquerra. "Esto es un motivo de satisfacción y alegría que pediremos que perdure en el tiempo", afirmó. "La oferta de los republicanos y el compromiso de CiU serán los mejores garantes para validar y juzgar que el acuerdo que se alcance sea bueno para los próximos años", agregó.

Pero Oriol Pujol pensó más en la posibilidad de debilitar al tripartito y romper su unidad de acción que en un frente común catalanista cuyos resultados en anteriores intentos siempre se han demostrado baldíos. Léase la negociación del Estatuto catalán en Madrid o las inversiones en Cataluña de los Presupuestos Generales del Estado.

De ahí que ayer un clarividente Miquel Iceta, portavoz del Partit dels Socialistes (PSC), augurara escasa vida a ese bloque de los partidos catalanistas para negociar el modelo de financiación y que la víspera, en la ejecutiva del PSOE en Madrid, defendiera sin complejos y sin pelos en la lengua la posición del Gobierno catalán y rechazara sin ambages la propuesta del ministro de Economía, Pedro Solbes.

"No sé hasta dónde llegará el frente común. Espero que hasta tener un buen sistema, aunque no sé si seremos capaces. Muchas veces prima el cálculo partidista frente al sentido de país, y además se trata de una situación nueva, ya que hasta ahora nunca se había hecho una negociación de financiación que uniera al Gobierno catalán y el principal partido de la oposición", afirmó a la emisora RAC1.

Más atrevido se expresó el consejero de Gobernación, Jordi Ausàs, quien ayer olvidó su papel de portavoz gubernamental y se empeñó en verbalizar sus opiniones personales en la conferencia de prensa tras el Consell Executiu. Ausàs apostó por el adelgazamiento de la Administración central -supre-sión de ministerios incluida- para incrementar así los recursos financieros a las comunidades autónomas.

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