Los ganaderos y la industria negocian un plan lácteo
El acuerdo afectará a los precios, la calidad y las condiciones de pago
Las organizaciones agrarias y las industrias lácteas quieren poner fin a las guerras históricas en el sector por el precio de la leche en el campo, tanto en ganado vacuno como en ovino y caprino, y negocian un plan lácteo. Ambas partes se han propuesto lograr un marco definitivo donde se fijen bandas de retribución, duración de la relación comercial, calidad de la materia prima y condiciones de pagos. El acuerdo puede afectar a unas 100.000 explotaciones en toda España.
El objetivo del pacto es lograr unas relaciones entre ambas partes basadas en la estabilidad, la transparencia y el equilibrio con unos precios rentables para los ganaderos y competitivos para los industriales frente a las importaciones. Por supuesto, respetando las normas de libre competencia en todas sus variables.
En el caso de la leche de vaca, su aplicación está sólo pendiente de su publicación inmediata tras haber sido pactado entre empresas y ganaderos. En la leche de ovino y caprino, su puesta en marcha sería para otoño.
El nuevo contrato en la leche de vaca es apoyado fundamentalmente por las organizaciones agrarias Asaja y Upa, así como por la confederación de cooperativas agrarias. Desde la industria, el acuerdo ha sido impulsado por la Federación Española de Industrias Lácteas (Fenil), a cuyo frente se halla en la actualidad Tomás Pascual, presidente de Leche Pascual. Esta empresa, junto a otros grandes grupos como Danone, Nestlé, Clas, Puleva o Lactalis, han constituido el núcleo duro que ha defendido este acuerdo marco.
En precios, se tendrán en cuenta los indicadores de cotizaciones que ya funcionan en las comunidades autónomas, así como la evolución de los costes y las condiciones de los mercados. Los ganaderos se deben comprometer a entregar la materia prima con unas determinadas condiciones de calidad, y los industriales, a pagar la leche a mes vencido a una fecha fija con penalizaciones si hay retrasos en los pagos.
Ambas partes, ganaderos e industria, pretenden que para fijar los precios se tengan en cuenta las cotizaciones en el seno de la interprofesional francesa. El objetivo para España sería establecer un valor equivalente al aplicado en el sur de Francia, incrementado en el coste de transporte de esa leche a España, más una prima por calidad. En la de ovino y caprino, el contrato es similar al del vacuno, salvo las exigencias en materia de calidad.
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