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Industria se resiste a ceder a Ciencia el gran paquete de I+D

La oposición de Sebastián amenaza con debilitar el ministerio de Garmendia

Un duro pulso entre dos ministerios puede dejar cojo uno de los proyectos estrella del Gobierno de Zapatero. Casi cuatro meses después de las elecciones, el Ministerio de Ciencia e Innovación sigue sin estructura clara. Y esto es así principalmente debido a la resistencia del ministro de Industria, Miguel Sebastián, a ceder la I+D que gestiona su departamento. Aunque otros ministerios como Sanidad ya han aceptado perder sus centros de investigación, Industria se resiste a ceder programas de innovación empresarial que gestionan más de 2.000 millones de euros al año. Esto ha provocado que, pese a que el Gobierno aprobó la estructura final de la mayoría de los ministerios el viernes pasado, siga sin un esquema para Ciencia e Industria. Este diario intentó sin éxito recabar la versión oficial de Industria sobre el estado de las transferencias, mientras que un portavoz oficial de Ciencia explicó que se seguía negociando.

2.000 millones de presupuesto retrasan la apuesta estrella de Zapatero
El Ministerio de Sanidad se resignó a perder el Instituto Carlos III

El pasado 23 de junio, Garmendia, anunció en el Senado: "Quiero destacar la adscripción al ministerio del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), que pasa a depender del Ministerio de Ciencia e Innovación y que gestionará todas las ayudas a la investigación, desarrollo y a la innovación empresarial de la Administración General del Estado. De esta manera, el departamento será capaz de promover de forma más eficiente que los resultados de la actividad científica se consoliden en proyectos empresariales de alto valor añadido".

El ministerio, como explicó Garmendia, nació para unir las ayudas en I+D que hasta ahora estaban repartidas por distintos organismos. Se trata de unificar la gestión de los más de 7.000 millones de euros al año que el Gobierno destina a I+D+i. Así, Sanidad se resignó a ceder la gestión del Instituto de Salud Carlos III y Educación a que las Universidad y los organismos públicos de investigación (entre ellos CSIC y el Ciemat) pasasen a depender del nuevo departamento. Ni Bernat Soria ni Mercedes Cabrera tienen tanto peso en Moncloa como Sebastián.

Industria, que sólo ha dado por perdido el CDTI, gestiona ayudas en I+D a empresas en la secretaría general de Energía, la dirección general para el desarrollo de la Sociedad de la Información, la de la Pequeña y Mediana Empresa y, sobre todo, en la Secretaría general de Industria. Estas ayudas, más de 2.000 millones de euros al año, suponen la principal fuente de ayudas a las empresas. Sebastián fue uno de los impulsores del Ministerio de Ciencia pese a que ahora se enfrente a él.

El primer decreto sobre la estructura básica de los ministerios, publicado el 14 de abril, atribuye a Ciencia el "desarrollo tecnológico e innovación en todos los sectores, así como la coordinación de los organismos públicos de investigación de titularidad estatal". El decreto no menciona que Industria tenga competencias en innovación.

El decreto final, con la estructura detallada de cada departamento, debía haber salido del Consejo de Ministros del viernes pasado. Ese día las estructuras de casi todos los departamentos salvo Ciencia e Industria (e Interior y Fomento). Las carteras de Sebastián y Garmendia pugnan esta semana -el decreto debe aprobarse el viernes- por quedarse con la I+D. Ciencia teme que, de vencer Sebastián, el ministerio quede lastrado para toda la legislatura, como le ocurrió a Anna Birulés, en Ciencia y Tecnología, departamento que Aznar creó entre 2000 y 2002 y que fracasó por falta de competencias.

Garmendia llegó al Gobierno de la mano de Sebastián, que había apoyado desde Moncloa la creación de un ministerio que agrupase la investigación dispersa en todos los departamentos. Ciencia reclama el presupuesto y a los funcionarios que gestionen las ayudas.

Miguel Sebastián y Cristina Garmendia acuden, en abril, a su primer acto conjunto.
Miguel Sebastián y Cristina Garmendia acuden, en abril, a su primer acto conjunto.ULY MARTÍN

Fomento retiene Salvamento

Otra de las pugnas entre ministerios se ha librado durante meses entre el de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y el de Fomento. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, una de las ideólogas del nuevo macroministerio ambiental, le otorgó inicialmente la competencia sobre Salvamento Marítimo. Pretendía que una sola secretaría general agrupase todos los temas relacionados con el mar: la pesca, la contaminación y la política de costas. Así lo explicó De la Vega tras el Consejo de Ministros del pasado 18 de abril.

Sin embargo, Fomento ha ganado la batalla. El departamento que dirige Magdalena Álvarez ya vació de contenido el Centro para la Prevención de la Contaminación Marina que De la Vega creó la pasada legislatura. En teoría debía servir para mejorar la coordinación en caso de un nuevo Prestige, pero Fomento se quedó con los barcos de Salvamento Marítimo, que son los que tienen que limitar el desastre, y los aviones para vigilar los vertidos. Así que, cuando hubo hundimientos, como en el New Flame o el Don Pedro, era la titular de Fomento Magdalena Álvarez quien dirigía la lucha contra los vertidos mientras que nada se supo del nuevo centro contra la contaminación, con sede en Galicia. La nueva estructura de Medio Ambiente, aprobada el pasado viernes, repite el esquema. El departamento de Elena Espinosa se queda con una "división para la protección del mar y prevención de la contaminación marina". Álvarez se ha salido con la suya.

Quién gestiona qué

- El Ministerio de Ciencia e Innovación tiene ya asignados el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Instituto Geográfico Nacional, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el Instituto Español de Oceanografía, el Instituto de Astrofísica de Canarias, el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias y el Instituto de Salud Carlos III.

- El Ministerio de Industria se resiste a ceder la I+D de ayudas empresariales, que suman en total 2.000 millones de euros al año, un 28% de toda la investigación de España. La cartera de Fomento retiene el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas y Defensa (Cedex) y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).

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