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Reportaje:Cumbre UE-Rusia

Janti-Mansiisk, de villorrio a urbe moderna

La ciudad siberiana ha crecido gracias al auge del petróleo

Pilar Bonet

A mitad de los años noventa, Janti-Mansiisk era un lugar desolado, donde los pequeños pueblos cazadores y pescadores del Norte de Siberia perdían la batalla ante el empuje avasallador de las petroleras. Hoy, la capital administrativa de Iugrá (la Comarca Autónoma de los Jantís y los Mansís), sede de la cumbre entre la Unión Europea y Rusia, es una ciudad floreciente donde se acaba de poner la primera piedra de un edificio del arquitecto holandés Erick van Egeraat y donde el británico Norman Foster se dispone a construir la torre más alta de Siberia.

Janti-Mansiisk tiene casi 70.000 habitantes y de ella depende un territorio de 523.000 kilómetros cuadrados (mayor que España) en el que sólo viven 1,5 millones personas. Su gran recurso es el crudo, ya que Iugrá es, con 278,4 millones de toneladas anuales (2007) el líder en la producción de petróleo de Rusia.

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"Obtenemos el 57% del crudo del país y el 7% del mundo", decía ayer el gobernador Alexandr Filipenko, de 58 años, al frente del territorio desde 1991 y un verdadero "peso pesado" en el género de políticos regionales rusos. A la hora de repartir los impuestos entre la administración central y las regionales, en Janti-Mansiisk se queda el 12% de la recaudación fiscal generada por las grandes petroleras que aquí trabajan. A Filipenko le gustaría que las proporciones le fueran más favorables, pero ha encontrado recursos para invertir en cultura, educación y sanidad. Y hasta los jantís y los mansís (22.000 y 12.000 en total en Rusia) han encontrado su lugar como parte de los atractivos turísticos de la región y disponen de un departamento especial en la universidad para estudiar sus lenguas finohungrias amenazadas de extinción. La galería de arte municipal deja boquiabiertos a los visitantes con su colección de arte ruso con una importante sección de iconos y de pintura del siglo XIX. Las obras han sido compradas en gran parte en las subastas de arte de Christies y Sotheby,s y también regaladas por los oligarcas del petróleo. Entre los mecenas estuvieron los directivos de Lukoil o de Yukos, la empresa que trabajó en la región antes de que el Estado ruso desatara una persecución que la llevó a la ruina. En Janti-Mansiisk hay también un centro cultural que se permitirse el lujo de contratar a las primeras orquestas e intérpretes internacionales y donde cada año se celebra un festival de cine documental.

Filipenko es ingeniero constructor de puentes y a ello se debe tal vez que la ciudad se haya desarrollado con armonía en torno a una colina dominada por una iglesia también de nueva edificación. En una ciudad deseosa de adquirir un perfil propio en el vasto entorno de Siberia, no podían faltar los arquitectos occidentales. Foster edificará aquí una torre de 56 pisos, 280 metros de altura y 200.000 metros de superficie, que surgirá de dos edificios en forma de diamante . El conjunto, en el que habrá hoteles y oficinas, estará adaptado a las duras condiciones del clima local y, en su cúspide, habrá una plataforma giratoria y un restaurante. El proyecto patrocinado por el empresario Shalva Chigirinski está en fase de inversión. El holandés Erick van Egeraat, por su parte, trabaja también en planificación de la ciudad y en varios edificios. Esta semana se ha puesto la primera piedra de uno de ellos, con una superficie de 60.000 metros cuadrados y forma de estalactita de hielo.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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