Europa frena su ampliación
Los líderes europeos prevén cerrar la puerta a nuevos países tras el 'no' irlandés - Los checos se convierten en el segundo gran obstáculo para el Tratado de Lisboa
Los líderes europeos han sido incapaces de remontar la crisis desatada por el no de Irlanda al Tratado de Lisboa en la cumbre celebrada los pasados jueves y viernes en Bruselas. La estrategia de acelerar la ratificación de los siete Estados pendientes para acorralar a Irlanda no ha funcionado. Los jefes de Estado o de Gobierno de la Unión tuvieron que resignarse a dar más tiempo a Irlanda para encontrar una solución. El primer ministro de Eslovenia, que ostenta la presidencia de la UE, dijo que "no había límite para Irlanda ni para ningún otro país".
La crisis va para largo y se puede ampliar con un nuevo disidente, la República Checa. El primer ministro checo, Mirek Topolánek, aseguró ayer que "no puede garantizar la ratificación del tratado porque la decisión depende del Parlamento y el Tribunal Constitucional". Praga no tiene ningún interés en que entre en vigor el Tratado de Lisboa que rebaja sustancialmente el papel de las presidencias rotatorias de la Unión. A la República Checa le corresponde presidir la UE durante el primer semestre de 2009 y aspira a ejercerla con las máximas competencias. El Gobierno de Topolánek es consciente de que la presidencia de la UE es la oportunidad de jugar el papel internacional más relevante de su historia.
La estrategia de acelerar el proceso de aprobaciones no ha funcionado
"Para la ampliación hace falta la unanimidad", recordó Sarkozy
Durante la cena del día 19, Topolánek fue el blanco de numerosas críticas, especialmente del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, por negarse a aceptar una declaración que suponía un nuevo compromiso a la ratificación. Los textos del debate ilustran el tono de las discusiones en la Unión. El párrafo de la polémica recordaba que "el Consejo Europeo tomó nota de que los Parlamentos de 19 Estados miembros han ratificado el tratado y que el proceso de ratificación continúa en los otros países". Para llegar a un compromiso se tuvo que sustituir la última frase por otra no vinculante que rezaba "el proceso de ratificación continúa en otros países", es decir, sin el "los".
Esta fórmula se compensó con una nota a pie de página que dice que "el Consejo Europeo toma nota de que la República Checa no puede completar el proceso de ratificación hasta que el Tribunal Constitucional no dé una opinión positiva de la compatibilidad del Tratado de Lisboa con el ordenamiento constitucional checo".
En la discusión, Sarkozy, que ve palidecer su presidencia de la Unión de julio, a medida que se instala la crisis institucional, advirtió de que "para que la ampliación continúe hace falta el Tratado de Lisboa". El presidente francés recordó que "para la ampliación hace falta la unanimidad". "Encontraría muy curioso", añadió, "que Europa tuviera dificultades para lograr un acuerdo sobre sus instituciones y que se ponga de acuerdo en admitir al 28º, 29º ó 30º miembro".
Sobre este punto Sarkozy tuvo el apoyo total de Merkel para quien la UE ampliada no puede funcionar con el Tratado de Niza, actualmente vigente. Para la canciller, "es impensable que cambiáramos un área del Tratado de Niza sin mirar el conjunto del Tratado de Lisboa".
Los aspirantes a entrar en el club europeo son Croacia y Turquía, ambos candidatos desde 2005, y la Antigua República Yugoslava de Macedonia, que podría ser nombrado país candidato a finales de este año. El país más inmediatamente afectado sería Croacia que aspira a finalizar sus negociaciones de adhesión a finales de 2009.
La cuestión de fondo es que Irlanda se resiste a asumir ella sola el problema y a fijar una fecha para un nuevo referéndum. El primer ministro irlandés, Brian Cowen, rechazó pronunciarse sobre la posibilidad de realizar un nuevo referéndum en su país, que algunos líderes sitúan en junio de 2009, coincidiendo con las elecciones al Parlamento Europeo. "He dicho claramente que es demasiado pronto para encontrar soluciones", insistió Cowen.
El presidente del Gobierno, español, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó por su parte: "Hay que buscar una salida en un plazo razonable. Queremos ver a Irlanda en el proceso de construcción europea, y no fuera. Hay que trabajar sin prisa pero sin pausa".
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