La crisis castiga más a Cataluña por la industria y el ladrillo

La misma construcción que ha tirado del crecimiento de Cataluña en los últimos años lastra ahora su economía. El derrumbe del ladrillo y el contagio en el sector industrial agudizan en Cataluña esta desaceleración profunda, abrupta, intensa -los políticos han agotado ya los adjetivos- o directamente crisis de la economía española. Una de las normas generales de la economía dice, además, que en periodos de euforia las economías más avanzadas, crecen por encima de la media, y en la misma línea, cuando llegan las vacas flacas, también sufren más que la media.

La construcción catalana caerá el 1,4% este año, según Hispalink

Las empresas catalanas están más preparadas para recuperarse

Aragón puede crecer el 3% en 2008 gracias al efecto de la Expo

Traducido a cifras, si el crecimiento económico del conjunto de España se sitúa en el 2,3% este año -frente al 3,7% de 2007-, la economía catalana no avanzará más del 1,9%, la tasa autonómica más baja junto con Canarias, que sufrirá la caída del turismo, según las previsiones del informe sobre crecimiento regional de Hispalink, una red de equipos de investigación pertenecientes a 16 universidades españolas y que integra predicciones internacionales y nacionales. La construcción bajará dramáticamente en Cataluña, más que la media española, con tasas negativas del 1,4% y el 3% en 2008 y 2009, respectivamente (véase el cuadro).

La tendencia se repetirá, según el informe, en 2009, cuando Cataluña crezca el 1,7% y la media española el 1,9%, aunque ambas tasas acompasarán el ritmo en 2010, con un repunte del 1,2%. El motivo es que sectores con un enorme peso en el mapa económico catalán, como es el de los bienes de equipo, tienen un peso superior al de la media. La industria supone el 20% de la economía en Cataluña, frente al 15% que pesa en el conjunto de España.

El presidente de Hispalink, Antonio Pulido, advirtió ayer de que, además, las características de la actual crisis "son especiales", ya que el parón económico "empieza en la construcción, pero inunda el resto de sectores". "Las empresas de automóviles están sufriendo la caída de venta motivados por la crisis en la construcción", puso como ejemplo Pulido.

Escogió un buen caso: las ventas de coches se derrumbaron el pasado marzo en el mercado español, se matricularon 124.698 unidades, lo que supone una caída del 28,2% respecto a marzo de 2007, según los datos de la patronal Anfac. Y el sector no conocía un retroceso tan alto desde el mes de abril de 1993, el año en que la economía española estuvo en recesión.

Sin embargo, la economía catalana tiene más capacidad de reacción ante la crisis que la de buena parte de las comunidades y, por tanto, se recuperará antes que el conjunto de España. "Puede que a finales de 2009 la economía catalana empiece a ver el sol", mientras que la del conjunto de España no levantará cabeza al menos hasta 2010, según las previsiones de las universidades españolas.

Para Pulido, "la economía catalana es una de las más abiertas, tanto en importaciones como en exportaciones, y esto le va a ayudar en la recuperación, pero ello no quita que se sufran determinadas recesiones".

La autonomía que, por el contrario, se mostrará más dinámica en 2008 será Aragón, por el efecto de la Exposición Internacional de Zaragoza; y Madrid crecerá por encima de la media, el 2,6%. En el año 2010, las economías de todas las comunidades tendrán un crecimiento del 1% como mínimo y del 1,6% como máximo, con Cantabria, Navarra y La Rioja con las peores expectativas.

Pulido ya advirtió de que estas cifras se encuentran en permanente revisión en función de la evolución futura de todas las variables que intervienen en la economía, entre las que destacan las decisiones que tomen las propias empresas y la Administración.

Hispalink dibuja estas previsiones considerando que los tipos de interés no subirán más de medio punto para luego disminuir. Pulido también opinó que el precio del petróleo no puede seguir creciendo al ritmo actual y llegar a 200 dólares el barril. A su juicio, esta escalada del precio constituye "una evolución falsa por la posición especulativa en los mercados de futuro".