Armadores de Costa da Morte piden arrecifes artificiales para recuperar pesca
Pretenden colocar módulos submarinos para ganar fauna y flora en los caladeros
Los marineros de la Costa da Morte tienen un plan para recuperar los fondos y la actividad pesquera en las rías de Camariñas y Corcubión. Han reclamado a la Consellería de Pesca la colocación de arrecifes artificiales bajo las aguas para conservar y recuperar la flora y fauna marinas y como consecuencia también las especies pesqueras.
Y es que los ecosistemas costeros son las áreas más valiosas de los océanos, donde se produce el 70% del oxígeno, gracias, sobre todo, al fitoplancton y a las algas. Elementos que encuentran en esas barreras marinas un refugio para sobrevivir y potenciar la biodiversidad de cada zona. Los expertos estiman que en el plazo de un año estos módulos podrían estar colonizados ya por varias especies, y que en una década, la ocupación sería total. El proyecto para la Costa da Morte está impulsado por la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega) en pro de la recuperación de las especies en un momento en el que sólo el 25% de los caladeros mundiales se libran de la sobreexplotación.
Una vez realizado, con la colaboración de la Universidad de A Coruña, un estudio previo para determinar cuáles eran las zonas más idóneas del litoral, aguardan ahora a que se resuelvan los presupuestos para proyectos colectivos de 2008 de la Consellería de Pesca, y saber así sí pueden seguir adelante.
A pesar de que los materiales y las áreas concretas aún no están definidos -dependen de los fondos y las corrientes marinas-, desde Pesca explican que existen tres modelos de arrecifes artificiales: de protección, que dañan ciertas artes como las de arrastre, especialmente perjudiciales para los recursos; de producción, que por su diseño sirven de refugio a las especies actuando como criaderos; y mixtos. La opción más recomendable es la segunda, y consiste en unos bloques, en forma de cubo o iglú, de material no contaminante y con celdas que favorecen la reproducción. Se sitúan de forma estratégica, respetando la seguridad en la navegación (por eso deben incluirse en los mapas cartográficos), y teniendo en cuenta los intereses de los pescadores, tal y como establece la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Dentro de esos materiales aptos para fondear están también los propios barcos de pesca. Así lo reconoce la Xunta en la orden publicada en el Diario Oficial de Galicia el 23 de abril de 2008 referente a las ayudas por la paralización de los buques pesqueros, al contemplar este destino siempre y cuando cuente cada proyecto concreto con un estudio de impacto ambiental sea favorable.
El objetivo es que los marineros puedan seguir trabajando y que las zonas restrictivas se limiten a espacios que no perjudiquen el número de capturas y donde pueda analizarse la evolución de la flora y fauna marinas. Desde Asoar-Armega, que supera los 400 afiliados entre armadores y mariscadores, señalan que informarán a las cofradías afectadas una vez que el proyecto tenga todas las garantías para salir adelante.
La experiencia servirá para decidir si se extiende o no a otros puntos de las rías gallegas al tratarse de una iniciativa pionera en la comunidad. Durante los últimos años han sido varias los pósitos y entes locales que se han interesado en la instalación de estos módulos submarinos.
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