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Declarado culpable 'el detective de las estrellas'

Una cosa es el cine y otra la realidad. Ése es el mensaje que envía la sentencia contra Anthony Pellicano, el detective privado más conocido del Hollywood de carne y hueso y que ayer fue considerado culpable de 76 cargos que incluyen extorsión, fraude y chantaje organizado, escuchas ilegales y suplantación de identidad. La sentencia puede acarrear al menos 10 años de cárcel para alguien que en su día a día se comportó como un personaje de El Padrino o Los Soprano, y que utilizaba como contraseña la palabra omertà, término italiano que la Mafia siciliana utiliza para referirse a su código de silencio.

"Si alguien quiere enviar cabezas de pescado y comportarse como un mafioso, que escriba un guión", resumió el encargado de la acusación, Daniel Saunders. Fue también él quien dijo que este caso "no tiene nada de Hollywood", aunque la lista de nombres mencionados en el proceso parecía el reparto de una película. Keith Carradine y Sylvester Stallone (bajo el seudónimo de Johnny Friendly) fueron objeto de algunas de las escuchas ilegales de Pellicano y su equipo, mientras que los humoristas Garry Shandling y Chris Rock pasaron por el juicio para testificar, el primero como víctima y el segundo como supuesto beneficiario de sus tácticas.

Un pez en el parabrisas

También testificó Anita Busch, periodista de Los Angeles Times, que en junio de 2002 encontró un pez en el parabrisas de su coche con una nota que decía "STOP". Así conminaban a Busch a poner fin a sus artículos contra uno de los hombres más poderosos de la industria, el agente Michael Ovitz. Esta amenaza motivó el registro de las oficinas de Pellicano y arrancó la investigación contra un detective que tenía tantas horas de grabaciones telefónicas que no tenía "ni tiempo de escucharlas".

Pese al color de este caso, el proceso, durante sus nueve semanas, nunca llegó a convertirse en el "juicio del siglo". Tras siete años de investigaciones, el FBI nunca acusó a nadie más que a Pellicano, a su equipo de cuatro empleados y a otras siete personas que se declararon culpables antes de empezar la causa, entre ellas el realizador John McTiernan y Sandra Carradine, ex esposa del actor y amante de Pellicano. Por eso, a pesar de declaraciones como la de Keith Carradine, "agradecido" por el veredicto, hoy son más los que se quejan de que este caso no ahondó en las aguas turbulentas de Hollywood.

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